publicación Online
 
 
el periodico de saltillo

Febrero 2018

Edición No. 348


amloElección presidencial 2018, los puntos débiles de las izquierdas

Juan Martínez Veloz.

En un artículo anterior analizamos los puntos fuertes de los partidos y precandidatos en la elección presidencial 2018. En esta ocasión analizaremos los púntos débiles de las izquierdas, en particular el caso del Lic. Andrés Manuel López Obrador, precandidato de los partidos Morena, del Trabajo y Encuentro Social.

Caso diferente es el del Partido de la Revolución Democrática (PRD), partido a quien también ubicamos en el espectro de las izquierdas, pero en esta elección presidencial no apoya la candidatura presidencial de López Obrador.

Quizá hoy en día es cuando AMLO está más cerca en las encuestas de llegar a la silla presidencial que en anteriores ocasiones. La Era Trump en Estados Unidos lo catapulta también como una opción para enfrentar las políticas anti mexicanas (más por marketing electoral) del actual presidente de EUA.

AMLO trae una intención del voto muy fuerte en las preferencias. Algo parecido a su escenario favorable en la elección presidencial del 2006, donde después de su Desafuero (abril de 2005) como Jefe de Gobierno del D.F. (hoy CDMX) encabezaba las preferencias electorales.

En contrapartida, la estructura electoral de los tres partidos políticos que apoyan su candidatura es precaria (Morena, PT, PES), no tienen gubernaturas de estados importantes en su poder. Sólo en CDMX Morena gobierna en algunas delegaciones políticas.

2012 fue diferente, el actual presidente de la república Lic. Enrique Peña Nieto siempre lideró las encuestas y sólo al final el día de la jornada la diferencia con AMLO disminuyó (casi 7%).

Sin embargo, AMLO enfrenta también obstáculos estratégicos que impiden considerar que finalmente se sentará en los Pinos en 2018.
Los factores principales que vislumbramos (a superar) son:

1.- El factible (no seguro, pero probable) “veto” de las demás fuerzas políticas para reconocerlo como Presidente de la República (PAN y PRI). Esto en virtud que el político tabasqueño desconoció los resultados electorales de la elección de presidente de la república en 2006 y 2012.

Convendría saber si los panistas de hoy (Ricardo Anaya) y la candidata independiente (Margarita Zavala), así como el propio ex presidente Felipe Calderón estarían dispuestos a reconocer al político tabasqueño como presidente de la república. También el aguerrido líder del PRI Enrique Ochoa debería manifestarse sobre este hecho que no es menor y que no atenderlo a tiempo y adecuadamente puede generar una crisis de gobernabilidad en el país (como en 2006).

Hay otros caminos para superar este difícil obstáculo (no deseable) que seguramente sólo se expresarán en el escenario de que AMLO gane la elección presidencial; Andrés Manuel podría también superar este obstáculo cediendo su candidatura a otra figura política que sea apoyada por las izquierdas (las unifique) y no tenga el virtual “veto” del PAN y del PRI (no incluiremos nombres por el momento).

Otro camino sería buscar un pacto político en este sentido que atajara el problema después de la elección presidencial (Tipo Pacto por México pero en materia electoral). Aun hay tiempo para trabajar las soluciones a un problema que hoy parece inminente.

2.- La división de las izquierdas. Producto de la división de las Izquierdas en 2012 con el surgimiento del partido Morena, hoy las izquierdas se encuentran divididas.

Finalmente, el “viejo” partido de las izquierdas, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) decidió aliarse con otro partido más ubicado en el centro-derecha, el Partido Acción Nacional (PAN).

Este hecho no es menor y seguramente afectará la votación a favor de AMLO en la elección presidencial. El PRD no está muerto y dará una dura batalla (junto con el PAN y MC) donde tiene sus principales bases de apoyo: en la Ciudad de México, en Michoacán, Morelos, Tabasco y Quintana Roo.

3.- Los candidatos independientes. El triunfo en Nuevo León de Jaime Rodríguez (Bronco) como gobernador del estado en forma tan contundente y aplastante sobre el PRI y el PAN en 2015 evidenció que existe un electorado muy fuerte que es anti partido.

No se puede decir que el escenario Nuevo León 2015 se trasformará automáticamente en México 2018, pero si creemos que puede existir uno o varios candidatos independientes que si en 2018 no ganan, cuando menos dividen el voto anti sistema y anti-PRI que es muy fuerte en las elecciones presidenciales.

Los candidatos independientes (figura nueva que no estaba en 2012) le restarán votos a todos los partidos seguramente.

juanmartinez_veloz@yahoo.com

 
© 2014 El Periódico de Saltillo contacto@elperiodicodesaltillo.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino