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el periodico de saltillo
Julio 2017
Edición No. 341


Sólo circo, maroma y teatro, el proceso electoral del 4 de junio

Jesús M. Moreno Mejía.

 

Demagogia, escándalo… es lo único que manejan los políticos de hoy.
José Woldenberg.

 

Cuanta verdad contienen las contundentes palabras de José Woldenberg, ex presidente del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), tristemente transformado luego en Instituto Nacional Electoral (INE): “Demagogia, escándalo y descalificaciones, es lo que manejan los políticos de hoy”.

En anterior colaboración, titulada “La democracia es una utopía, y aparte tenemos en puerta un cambio de pillo”, nos referíamos a que el recién terminado proceso electoral no estaba del todo concluido y por tanto no existía la absoluta certeza de quién había ganado la elección de gobernador, a pesar de que todo indicaba que la balanza se inclinaba a favor del delfín del actual ejecutivo estatal, finalmente ocurrió esto último al declarar el Instituto Electoral de Coahuila (IEC), a Miguel Ángel Riquelme Solís como gobernador electo por mayoría, desoyendo las protestas de casi todos los candidatos contendientes y de un considerable número de ciudadanos, quienes clamaban opacidad en los resultados.

Por lo anterior se acordó formar el llamado “Frente por la Dignidad de Coahuila”, encabezado por Guillermo (Memo) Anaya, del Partido Acción Nacional (PAN), y apoyado por Armando Guadiana, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), José Ángel Pérez, del Partido del Trabajo (PT), Javier Guerrero y Luis Horacio (Lacho) Salinas, ambos aspirantes independientes, a los que se unieron no pocos ciudadanos inconformes por la falta de transparencia en las elecciones de gobernador.

Pero también se han manifestado de una forma u otra los ciudadanos que están conformes con el resultado, porque votaron por convicción o por interés y es respetable su opinión, pero el hecho es que tal como lo señalamos hace tiempo: el proceso del 4 de junio próximo pasado, se iba a judicializar, esto es: el resultado se pondría en duda por los candidatos perdedores y por ello el caso está ahora en litigio en el seno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuyos jueces deberán examinar las pruebas y alegatos presentados, para finalmente dar su fallo inapelable y definitivo.

Coincido con quienes piensan que es, prácticamente, difícil de obtener una resolución de anulación de las elecciones, sin entrar en polémica en el caso pues no somos los jueces que habrán de decidir lo que proceda.

En lo que sí es nuestro sentir es que el cambio de ejecutivo estatal, sea que se quede Riquelme o que hubiera quedado Memo Anaya (los que obtuvieron un mayor número de votos) es solamente un cambio de pillo, pues la gran mayoría de gobernantes que hemos tenido en toda la República acaban siendo descubiertos como verdaderos granujas, ya que aprovechan el puesto en obtener riquezas a su favor y a costa del erario.

“La política es el paraíso de los charlatanes”, dijo hace años el dramaturgo y escritor Bernard Shaw, y tal frase la utilizamos en el referido anterior artículo que titulamos “La democracia es una utopía”, y a ello agregamos que también lo son los consejeros electorales, llámese Instituto Nacional Electoral (INE) o Instituto Electoral de Coahuila (IEC), a diferencia del temporal Instituto Federal Electoral (IFE), que al menos contemplaba la diferencia de estar integrado por consejeros ciudadanos y no adláteres (secuaces o seguidores) de los partidos políticos.

En las altas esferas políticas de México se maneja la consigna atribuida a Nicolás Maquiavelo: “El fin justifica los medios” (incluso hay quien afirma que eso lo dijo Napoleón Bonaparte), pues quienes tienen el control del poder político y económico en nuestro país, utilizan los instrumentos legales e ilegales para seguir manejando a México a sus conveniencias.

Se afirma que la procedencia de la frase antes mencionada es diferente a lo que se cree, pues fue el teólogo Hermann Busenbaun, S.J. (1645), quien la usó en su obra referente a la teoría casuística aplicada al derecho y la moral, señaló que cuando el fin es bueno, los medios para alcanzarlos son lícitos. Sin embargo, Ojo, mucho ojo, sólo cuando el fin es bueno… pero, ¿para quién? Usted tiene la palabra, amable lector.

¡Hasta la próxima!

 
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