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el periodico de saltillo
Agosto 2017
Edición No. 342


Señores profesores


Profesor Evaristo Velasco Álvarez.

Señores profesores, hombres y mujeres que se ocupan de la educación de los mexicanos que pronto serán los profesionistas y administradores, comerciantes y padres de familia de los mexicanos que habrán de poblar nuestro país. A ustedes dirijo en esta ocasión mi mensaje. Que ponen su sapiencia y habilidades para formar a los ciudadanos del mañana y que se responsabilizan de dotarles de los conocimientos, de los saberes que les permitirán alcanzar su éxito propio y el éxito de la nación.

Y me quiero referir fundamentalmente a la parte importante del proceso educativo en que los alumnos demuestran que han adquirido el conocimiento; me refiero a la asignación y revisión de las TAREAS ESCOLARES. Del momento en que se preparan los instrumentos de medición de los saberes, a través de los cuales los alumnos demostrarán que ya se han apropiado de los conocimientos.

Inicio estableciendo que sí estoy de acuerdo en que los alumnos lleven tarea a sus casas, que les sirva de afianzamiento del conocimiento y que les deje más claro el saber adquirido; claro que me parece justo, didáctico y necesario; y claro que se vale que los padres se involucren en la resolución de los problemas que se le dejen a los alumnos, porque el proceso enseñanza – aprendizaje involucra a los padres tanto como a los alumnos y a los maestros.

Pero por favor no les dejen tareas que más parecen martirios; tareas que harán que los alumnos odien en estudio; cantidades monstruosas de trabajo. ¡No!, Eso no es ni correcto ni necesario, el alumno necesita realizar ante sus padres la resolución de algún problema donde les den a conocer los avances que tienen; pero es absurdo que el alumno entenderá que es “POR SU BIEN”, el que hagan montones de trabajo; CALIDAD antes que CANTIDAD.

Sugiero trabajos que obliguen a los alumnos a pensar, más que hacer planas y planas de escritos sin significado real; trabajos que los pongan a investigar, antes que copias transcritas del libro al cuaderno; trabajos que además de afianzar el conocimiento les divierta y les de motivos para querer continuar estudiando.

Pongámonos en los zapatos de los escolares y entendamos que ellos están en una etapa lúdica de su desarrollo, así como en la necesidad de investigar y comprobar si lo que se les ha enseñado es verdad o no; que su cuerpo y su mente están en la necesidad de adecuarse a los cambios que su propia naturaleza les exige y que necesitan más la mano amiga del profesor que el reglazo o los desprecios por no traer “completa” la tarea.

Recordemos lo que nosotros tuvimos que pasar en el mismo periodo que ellos y pensemos no en lo que nos hicieron, sino en lo que nos hubiera gustado recibir, tanto de nuestros profesores como de nuestros padres y parientes, y generemos con pedagogía y didáctica lo que sea conveniente.

Ni el maltrato ni los castigos, ni los desprecios, harán que nuestros hoy niños y jóvenes, y mañana nuestros adultos, crezcan en sana convivencia. Seamos amigos y generosamente brindemos la oportunidad de adquirir conocimientos de una manera sencilla y agradable. Ellos seguramente que nos lo agradecerán y se esforzarán por mostrarnos sus avances y así adquirirán tanto los conocimientos como el buen trato a todos los demás. Hagamos ¡Que viva México!

velasco_alvarez@yahoo.com

 
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