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el periodico de saltillo

Noviembre 2017

Edición No. 345


El TLCAN

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

El Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) ha sido un cáncer para la economía mexicana; ciertamente se ha impulsado la macroeconomía dentro del país, en la que sus dueños son extranjeros y en pocos casos, son empresas trasnacionales ligadas a prestanombres mexicanos, como Claudio X. González de Kimberly Clark; Germán Larrea Mota Velazco de Grupo México, prestanombres de la ASARCO en México, ligadas a las familias Rockefeller y Guggenheim. Dejó de llamarse ASARCO para convertirse en Grupo México a cargo de ese pésimo mexicano. Lo mismo sucede con PEÑOLES, también con nexos con Guggenheim y Rockefeller, y en este caso el prestanombres mexicano es Alberto Bailleres González. Hay cientos de empresas de todos los ramos en estas condiciones, y ellas son los beneficiarios del TLCAN, no así la mayoría de los mexicanos que hemos entrado en un deterioro socioeconómico e incluso político y de seguridad pública debido a este Tratado.

En el marco del TLCAN han desaparecido cientos de empresas productivas nacionales para darle entrada a capitales extranjeros. Las cerveceras -Cuauhtémoc y Modelo- ya son extranjeras; la CFE y PEMEX se desmembraron para ser repartida en retazos entre oligarcas nacionales y multinacionales, sobre todo norteame- ricanas; el huevo, el pollo, el maíz y las agroindus- trias y empacadoras como Herdez, Del Monte, Gamesa, Clemente Jacques y otras muchas incluyendo la cajeta de Celaya, el Chocolate Abuelita, las tequileras más importantes de México, Mundet, Peñafiel, Aero México, Pinturas Comex, y más de mil 700 empresas originalmente mexicanas, fueron vendidas a empresas norteame- ricanas, como lo fueron Bancomer, Banamex, Santander, HSBC y ScotiaBank entre otros grupos financieros, y sin pagar ni un centavo de impuestos a México por la Compra/Venta, gracias al Tratado que firmó Carlos Salinas, obligado por Washington para ser reconocido como presidente legítimo, siendo un usurpador.

El TLCAN fue inventado por EEUU para regularizar su mercado con Canadá y para expoliar a México en sus materias primas, y a los mexicanos por medio de salarios de hambre. Hoy 23 años después, llega el mal nacido de Donald Trump para revertir dicho Tratado, después de que por medio de él se remataron nuestras grandes empresas, las compraron los gringos, se cerraron un millón de empresas PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas), PEMEX ya es de ellos, la CFE también, al igual que el gas y el mercado de las gasolinas y el diesel.

Nos partieron la madre por culpa de nuestros gobiernos nefandos y nuestros gober- nantes apátridas, ahora nos tiran al cesto de la basura. Trump no es racista, es un instrumento del establishment estadounidense para hacer que nos arrastremos ante ellos a suplicarles que no nos quiten el TLCAN. El comportamiento de Trump como un palurdo es un performance, una puesta en escena para aparenta dureza y esconder su codicia y el desprecio que nos tienen. Están jugando con nuestros negociadores; a Videgaray lo tienen embaucado con la supuesta cercanía con el yerno de Trump; a Ildefonso Guajardo Villarreal, nuestro secretario de Economía y principal negociador, lo traen hecho un loco y desesperado porque un día le dan una chupadita de miel, al otro lo hacen masticar acíbar amargo y al tercer día le hacen dar un trago a la hiel que llevan en sus portafolios, con el fin que saboree el desprecio, el desdén y lo díscolo de los pinches gringos que sólo están negociando lo que ya saben que van a negociar, mientras Guajardo sueña con que sólo le peguen un poquito y no en la cara, para que no se le noten los trancazos.

A José Antonio Meade Kuribreña le están dando volantín como en los tiovivos de caballitos en las ferias, haciéndole creer que va a ser el ungido por la Casa Blanca para ser el próximo presidente de México. Ya le están dando instrucciones por medio de expertos en chapucerías mediáticas traídos desde EEUU y que se hospedan en la embajada de EEUU en México, para decirle como ataque al único que está arriba de las preferencias de todos los demás, a López Obrador, porque para que el PRI gane las elecciones del 2018, primero tiene que vencer a la coalición PAN/PRD/MC, cosa más que difícil. Luego vendrá lo imposible, ganarle a MORENA y a López Obrador, y como esto es solo como un sueño, una paleta de dulce y una utopía inalcanzable para José Antonio Meade, le harán saber de un “Plan B”, el que tendría obligadamente que ser -en caso de que de veras quieran los EEUU entronizar a Meade Kuri-Breña en la presidencia de México- sólo se logrará por medio del asesinato de López Obrador, o bien, un autogolpe de Estado que se auto propine Peña Nieto, en colusión con el general Salvador Cienfuegos y el almirante de la Marina Francisco Soberón Sanz, pero sine qua non, bajo el mando y tutela de los norteamericanos, como lo hicieron en Santiago de Chile para derrocar y asesinar a Salvador Allende y, como siempre lo hacen en todas partes.

Todo este circo para mantener al PRI en Los Pinos, no se ve fácil y ni siquiera viable. Televisa que era quien se encargaba de todos los squetches mediáticos (La Caja China), para engañar a la gente ya no funciona, fracasó rotundamente en la “telenovela” de la niña Frida Sofía en el derrumbe del edificio del colegio siniestrado, en donde Pedro Torres el otrora mago de La Caja China, ahora se vio en aprietos y no pudo engañar a la opinión pública, la que ya cuenta con otros medios de comunicación más confiables por medio de redes sociales. Por esto es que vinieron expertos de EEUU para apoyar la candidatura de José Antonio Meade, con un solo fin, el de siempre, partirnos la madre a los mexicanos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

ah.pd@hotmail.com

 

 
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