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el periodico de saltillo

Diciembre 2017

Edición No. 346


La Presa III

Rufino Rodríguez Garza.

Esta zona arqueológica del centro norte de Ramos Arizpe es todo un caso pues aquí destacan los petroglifos, muchos de los cuales son reconocibles pero otros siguen sin descifrarse.

Del Pelillal se tendrá que escribir mucho; la Presa Pantalones es solo el pretexto para invitar a los especialistas para que lleven a cabo los estudios pertinentes antes de que el padre tiempo y la gente acaben con este enigmático lugar.

En este lugar aunque de pasadita, ha estado la arqueóloga Leticia González Arratia, el finado William Breen Murray y el antropólogo Lorenzo Encinas; así como otros amigos interesados en el tema del Arte Rupestre.

Aquí en la presa hay símbolos que representan territorialidad. Éste es un grabado muy usado en unos 500 kilómetros cuadrados en esta región, seguramente un grupo se fue apoderando de este lugar por generaciones. Había, agua, caza y fruto para la recolección por lo que los cazadores-recolectores marcaron el sitio en múltiples ocasiones.

Nos referimos a un medio círculo y dos tirantes. Estos tirantes podían tener unas argollas (círculos), lo que los transforma en una honda.
Como aquí no hay cuevas, las tumbas fueron lugares donde se pudiera cavar sin dificultad, arenales o tierras suaves, poco profundos y luego cubiertos con piedras y matorrales espinosos para que los animales carroñeros no se comieran los cadáveres. En los alrededores de la presa se observan túmulos que los arqueólogos tendrán que cavar y estudiar los restos mortuorios.

El símbolo de territorialidad está muy localizado, solo en sitios de Ramos Arizpe y de Mina, N. L.

En el lado norte de la cortina de esta presa localizamos desde hace unos 10 años los mejores Geoglifos de la región; estas manifestaciones las hemos retratado desde el suelo, con escalera, papalote, avioneta, helicóptero y actualmente con el uso de un Drón, el cual es un excelente aparato para tomas aéreas de estas figuras hechas en positivo, (acomodando piedras), hechas para que sus dioses desde el cielo vieran las ofrendas hechas por el hombre para que les lloviera, para que la cacería y la recolección les fuera favorable.

Otro motivo observable en esta proliferación de grabados es el que se refiere al venado, a veces el Bura, pero el más abundante fue el Cola Blanca. De este animal el nómada aprovechaba todo, desde la carne hasta las tripas y tendones, sus huesos y el asta con las que se fabricaban agujas, punzones y adornos.

Hay evidencias grabadas del uso del asta como tocado. Otros grabados muestran al hombre saliendo del asta. Era el venado un animal sagrado. Animal muy escurridizo, donde para cazarlo se necesitaba inteligencia y paciencia.

Las armas con que lo cazaban también aquí están debidamente representadas, podemos ver puntas de proyectil, navajas enmangadas, el arco y la flecha y el temible átlatl (propulsor).

En las tumbas de Cuatro Ciénegas se localizó una red de un metro de altura y de 11 metros de longitud que sirvió como trampa para atrapar al venado.

Esta red se ataba en la boca de cañones estrechos y de alguna manera se “arreaba” a la manada y al pasar por la red quedaban atrapados y el cazador aprovechaba para hacerse de la presa.

El venado fue representado no sólo por el asta sino que también por sus pisadas. Es frecuente encontrar en la cortina de la presa el asta pero también las huellas. Aunque en pocas ocasiones pero se le ha localizado de cuerpo entero o el rostro del animal con todo y sus orejas.

En épocas tardías, en el siglo XVI y XVII el venado también fue grabado por los aliados de los españoles, los tlaxcaltecas, teniendo el mejor de esta gráfica que encontramos en el Tajito, lugar donde se grabó una manada de 7 ejemplares, uno de ellos saltando un nopal, y junto a éstos la garza, símbolo del pueblo llegado a estas tierras en el año de 1591, con la idea de acercar a los nativos, rebeldes por naturaleza, que lucharon hasta el exterminio contra los españoles y sus aliados tlaxcaltecas.

También aquí en la presa son abundantes las “cuentas”. Estas cuentas a base de puntos se observan en todo el sitio de esta extensa zona arqueológica.

En algunas ocasiones los puntos están enmarcados, otros forman filas de varias líneas; algunas cuentas llegan a pasar del centenar, pero otros repiten el 28 o el 33.

Estos cómputos no están debidamente estudiados aún. Para el Dr. William Breen Murray (+), quien fue un estudioso del fenómeno, relacionó estos conteos con calendarios lunares y a él se le debe el estudio de un tablero a base puntos y rayas, en Presa de la Mula, donde llegó a la conclusión de que se trata de un período de 206 días, tiempo de gestación de los venados cola blanca.

Presa Pantalones es un sitio dentro del área o zona arqueológica del Pelillal que merece que se profundice en su estudio.

En mi opinión, la cual es compartida por otros estudiosos del tema como lo son José Ventura, Lorenzo Encinas y Homero Gómez, Presa fue un lugar de rituales y de reuniones (mitotes), donde se celebraban actos sagrados para propiciar la lluvia, la salud y la cacería.

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