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el periodico de saltillo
Octubre 2016
Edición No. 332


ORACIÓN DE LOS TORTURADOS

Oliverio Ascascius.

Así orarían ellos:
“Tú, Señor, que siempre nos olvidaste
cuando más necesitábamos de tu ayuda,
Sabes bien lo que vamos a decirte,
no obstante te lo repetiremos:
“Anida en nuestro corazón
una fiereza diabólica,
imposible de cambiarla por perdón.
La guardamos celosamente
para soltarla como un volcán en llamas
que no podrán apagar las lágrimas con sangre,
que derramarán los que fueron nuestros verdugos.

“Solo permítenos hacer
lo que en tus manos sería una injusticia más
-porque puedes ser débil y perdonarlos-
Permítenos ¡Oh! Señor, ser nuestros propios jueces y verdugos
y sacarles los ojos
a quienes se hicieron los ciegos
-Jueces venales y demás mercaderes de las leyes
Así estarán justificadamente ciegos.

“Danos ¡Oh! Señor,
el poder de castigar sin misericordia
a todos aquellos malditos
que les asignaron la bestial tarea de torturarnos y ultrajarnos.
Desde el infeliz policía muerto de hambre
hasta el más sofisticado y cruel de los torturadores.
Te prometemos que únicamente les quemaremos las manos,
lentamente, hasta convertírseles en cenizas.

“A los peores los destriparemos vivos
para que buitres golosos
se den un festín de sangre y carroña.
A los malditos asesinos con uniforme,
soldadesca demente
que jamás pensaron por sí mismos,
esos no necesitarán la cabeza,
por lo tanto los privaremos de ese
pequeño error de la naturaleza.

“A los generales nada más los castraremos
para que dejen de parir soldados,
y a los presidentes también les haremos lo mismo
a ver si así dejan de parir generales.
“Señor, si has de castigarlos por su maldad,
permítenos que seamos nosotros mismos
los que le demos esa fuerza a tu brazo ejecutor.

 

 
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