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el periodico de saltillo
Marzo 2016
Edición No. 325


La Lotería Nacional y Pemex, víctimas del saqueo de los últimos seis gobiernos

La quiebra de Pemex -disfrazada por cierto- y la de La Lotería Nacional, entre otras cosas,
nos muestran claramente la inutilidad, corrupción e inoperancia de este gobierno y de los cinco
anteriores, dejándonos el camino abierto -si queremos verlo- de repudiarlos de ipso facto.

 

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

El 1º de diciembre de 1982 cuando la democracia aún no se había instalado del todo en México, llegó para imponerse la cleptocracia de la mano de Miguel de la Madrid y quien gobernaba a sus espaldas, Carlos Salinas de Gortari. Estaban conformados en una banda de ladrones salidos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM), dos instituciones que a su vez conforman el consenso de Bretton Woods, inventado por EEUU para asumir el mando de lo que se conoce como el poder hegemónico global, el que impone a todos los países del mundo sus designios y condiciones, todos ellos inscritos en el neoliberalismo.

Washington se armó con el Consenso de Bretton Woods para controlar mediante deuda pública el mundo occidental en principio y luego el resto del planeta hasta donde le sea posible. México fue uno de los campos experimentales. La primera tarea fue deshacer todas las instituciones y rehacerlas bajo los designios de Washington empezando con reformas constitutivas para privatizar toda empresa y corporación productiva en manos del Estado Mexicano. Así se vendieron TELMEX y cientos de empresas a oligarcas coludidos perversamente a los grupos de políticos y funcionarios públicos afines a Carlos Salinas de Gortari y por ende a varias trasnacionales de EEUU.

Se pretextó que se daría impulso a la gran empresa -industrias, agroindustrias, servicios, minas, etc.,- para que éstas ya fortalecidas “jalaran” a las pequeñas y medianas empresas, cuestión que no fue así. Los ricos, dueños de esas grandes empresas, se enriquecieron a lo bestia. La muestra son Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Bailleres, Olegario Vázquez Raña y Ricardo Salinas Pliego entre una centena más de “adelantados” que multiplicaron su capital por 10, por 20 y hasta por 30 en el lapso de los últimos cinco gobiernos, incluyendo al de Peña Nieto, mientras que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) han cerrado en más de un millón de ellas generando el desempleo y de ahí la pobreza y la miseria que vivimos en la actualidad.

Hay que tener memoria y saber de estadísticas para enterarnos con certidumbre lo que ha pasado con ese crecimiento cercano al 7% que tuvimos desde 1940 y hasta el 1º de diciembre de 1982 cuando llegaron estos nefastos, nefandos y nefarios gobiernos. Hoy el crecimiento es raquítico y de ello presume el gobierno; la miseria se ha multiplicado dentro del 99% de los mexicanos al mismo ritmo que la riqueza ha crecido en el 1% de los privilegiados. Hemos crecido en estos aciagos 33 años al ritmo del 1.8% escasamente, y aun así el gobierno lo presume como un logro.

La Lotería Nacional y Pemex que eran empresas que hasta un imbécil podía hacerlas ganar dinero, ahora pierden. Pemex ya ha sido vendido y La Lotería Nacional con 240 años de antigüedad ya ha sido fusionada a otra empresa para evitar que siga perdiendo más. Y no es que pierdan dinero sino que el gobierno mete miles de empleados inservibles con sueldos altísimos, así las quiebran.

Esos empleados inservibles e inútiles son operadores del partido del presidente y también pueden ser amigos, amantes y familiares de los funcionarios públicos y políticos encargados de hundir a las instituciones mencionadas, tal y como lo han hecho con las demás. Con esto que acontece ya no podemos darnos de no aludidos de que el país se hunde, y se hunde porque el gobierno lo hunde, esa es la única lectura que debemos darle a lo que acontece y de ahí deducir qué es lo que debemos hacer con este gobierno, ¿seguir tolerándolo hasta el infinito, o bien, desecharlo por inepto, inútil y ladrón? Nosotros tenemos la solución. Primero hay que meternos en la cabeza que este gobierno y este sistema de gobierno tiene que llegar a su fin porque está conformado por parásitos que nos están carcomiendo el alma, el cuerpo, el presente y el futuro, y ya conscientes de ello, por lógica, iremos paulatinamente repudiando -en todos los sentidos- a todos y cada uno de los componentes -instituciones, individuos o grupos- de este sistema desgraciado y sin alma, en que se compone la clase política mexicana. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

ah.pd@hotmail.com

 
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