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el periodico de saltillo
Julio 2016
Edición No. 329


¿Quiere más pan Lic. Beltrones o es suficiente?


Manuel Padilla Muñoz.

En colaboraciones anteriores hemos dicho que la única forma de sacar al PRI y sus funcionarios corruptos en Coahuila es formar un frente amplio integrado por todos los partidos políticos, grandes y pequeños. También dijimos que el proceso estaba en marcha pues varios dirigentes opositores al PRI habían iniciado pláticas para lograr el proyecto. Desgraciadamente éste se ha venido desmoronando porque vislumbran los políticos de dichos partidos que se puede obtener la meta y todos quieren ser candidatos de dicho frente, lo que no es posible y es esa la causa principal, el deseo desmedido por el poder lo que resultaría salir de Guatemala para entrar a guatepor.

El caso Durango es sintomático, donde ganó el priista ungido de panperredista la gubernatura. No se puede esperar mucho del nuevo gobernador, pues éste gobernará con las viejas prácticas priistas pues no puede olvidarlas aunque diga lo contrario. Es decir, gobernará como cualquier otro priista y seguramente su equipo estará integrado, en su mayoría, por priistas.

Sin embargo, un halo de esperanza surgió el pasado 5 de junio cuando el PRI perdió siete de las doce gubernatura en disputa. Fue una oleada espontánea de ciudadanos quienes ya hartos de la corrupción priista, de sus políticos ladrones, acudieron a las urnas a votar y sacar del gobierno a quienes se han enriquecido ilegal y rabiosamente con el dinero del pueblo. En otras palabras, la causa principal que movió a miles de votantes contra el PRI fue el hartazgo de la corrupción y la impunidad, los mayores males de México.

Fue, el hecho inédito, una muestra de valor y una lección de lo que el voto, en una verdadera democracia, puede lograr. O sea, el poder del voto es más poderoso que las armas.

En Coahuila habrá elección para gobernador y este hecho puede afectar el resultado. Es por eso que los “focos rojos” se encendieron ya en el PRI de Coahuila y buscan una solución que les garantice mantenerse en el poder. Mientras Verónica Martínez le brinda mayor importancia a su deseo de ser alcaldesa de Torreón por un año para luego buscar la reelección por cuatro más, el PRI parece navegar sin rumbo por el limbo aferrándose a su mal llamada infraestructura que no es más que utilizar los programas sociales para la virtual compra de votos, es decir el “voto del hambre”, lo que desde el punto de vista humanista es criminal.

Si esto llegara a suceder en Coahuila, necesariamente el candidato tendría que salir de la sociedad civil donde hay personas mucho más capaces y honestas que los miles de políticos de los partidos existentes. No nos referimos a personajes como los Sorianos Martín Bringas que, aparte de sus decenas de centros comerciales, quieren ahora manejar un estado como el que promueven: El de la Laguna.
Si la sinceridad es la perfecta correlación entre lo que se dice y lo que se hace, el candidato para Coahuila de la sociedad civil, hombre o mujer, deberá tener como principal característica esa cualidad para que creamos en él. ¿Habrá en todo Coahuila una persona así? Claro que la hay aunque sea buscar una aguja en un pajar.

Después de la debacle priista del pasado 5 de junio renunció el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, como siempre necesitaban un “chivo expiatorio”. Si el partido tricolor quiere seguir gobernando debe hacer un mea culpa de todas las atrocidades que han cometido sus políticos gobernantes, en el futuro hacer un verdadero programa de gobierno nacional incluyente y, sobre todo, en adelante una exhaustiva investigación de la vida de sus candidatos, desde el día que nacieron hasta la actualidad. Pero, hasta el momento no ha dicho nada que nos brinde una idea sobre un cambio o seguirá igual de corrupto.

Habemos muchas personas que confiamos en que el próximo año, al renovar el gobierno en Coahuila, el pueblo brinde una lección de verdadera democracia y no solamente saquemos a los ladrones y corruptos del gobierno, sino que paguen sus delitos en la cárcel. A ver si así aprenden.

Ah, por cierto, la frase del título de esta colaboración me aseguran que se la dijo al licenciado Manlio Fabio Beltrones después de la debacle un mesero de un restaurante de la exclusiva zona de Polanco donde desayunaba. Lo que no supieron decirme es si estuvo dirigida con “jiribilla” o fue una casualidad imprudente o espontánea en esos momentos.

Sacapuntas.- EG+UN

 
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