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el periodico de saltillo
Febrero 2016
Edición No. 324


Los transgénicos ¿alimentos frankestein o revolución tecnológica?

Fidencio Treviño Maldonado.

Los globalifóbicos culpan a los monopolios, los ecologistas a las compañías de granos y los más ni cuenta nos damos que hace varias décadas estamos al menos en México consumiendo productos o granos con semillas transgénicas (maíz, papa, arroz, trigo, frijol, soya, etc.). A los grandes consorcios metidos en el neoliberalismo poco o nada les interesa la creación y destrucción de la vida, para ellos la moral científica es la que manda y arrolla a su paso todo con el capitalismo creciente y no respeta dignidad religiosa o humana, implícito va el claro mensaje de la tecnología y su irresponsabilidad.

Ni el mismo Isaac Asimov, G. Orwell o el gran Aldo Huxley entre otros escritores de ciencia ficción, imaginaron que los productos Frankestein fueran deliciosos platillos servidos en la mesa y compartidos entre sonrisas por millones y millones de seres humanos, y sin descartar también los jugosos y frondosos forrajes para alimentar animales.

Las semillas transgénicas, son caballos de Troya, dicen algunos ingenieros dedicados a la agricultura y su estudio, promoción, venta y consumo, que generan miles de millones de dólares, y el consorcio o monopolio llamado Monsanto se asegura que tiene en su poder y control a más del 80% de todas las semillas del mundo para uso agrícola, entre ellas las más importantes que son trigo, arroz, papa, soya, maíz, frijol, algodón, girasol, sorgo, avena, cebada, repollo, tomate, melón, sandía, pepinos, chiles, cebolla entre otros, y también para forraje como son variedades de zacates, de alfalfa, y muchas leguminosas y gramíneas para la alimentación animal, aunado a otras llamadas híbridas, es decir una vez que produzcan el producto ya no se pueden reproducir, su semilla no germina.

De ahí que muchos defiendan el patrimonio nacional, como el maíz del que México tiene unas 64 variedades y también el algodón que nuestro país cuenta con unas 23 variedades autóctonas. ¿Por qué llaman a estas semillas caballos de Troya ?, explicado en palabras coloquiales sin tecnicismos, ésto debido a que con la tecnología se logró crear un defensor de plagas que va adherido a la semilla, (químico letal para plagas), una especie de vacuna contra diferentes enfermedades de cada semilla, y convertida en planta tendrá desde adentro su defensa, por ejemplo el gusano bellotero, propio del algodón, y que era combatido hasta con 4 o 5 tratamientos con insecticidas o plaguicidas, ahora la semilla de esta planta ya está tratada en su interior (vacunada) para esta plaga, y así en la semilla de la papa, del maíz, trigo y en otras cientos de ellas.

¿Por qué alimentos Frankestein?, por su revolucionaria tecnología y por la creación tecnológica de alimentos tratados en laboratorios, más precoces, es decir, dan el fruto o producto en menos tiempo, son más prolíferos (producen más por planta), mayor rendimiento por hectárea sembrada, y aprovechando que en la actualidad el hombre gusta más por lo que ve y saborea, los alimentos que son sin mucho sabor, el color ha cambiado y hasta su olor se pierde en algunos productos de este tipo en que la semilla fue manipulada genéticamente en laboratorio, quitando o agregando otros genes, quitándole la naturaleza a la planta original.

En el caso de China, por ejemplo, ya producen una variedad de algodón de color azul añil y otros colores. En México han tratado algunas asociaciones de parar las semillas transgénicas, como “Maíz y espíritu”, los de “Greenpeace”, sin embargo sólo por citar algo, desde hace años nos llega maíz amarillo para uso doméstico y animal, y se usa en la alimentación y elaboración de tortillas, el trigo subsidiado proveniente de Canadá también para la elaboración de pan y galletas y otras muchas variedades.

Si en verdad se quisiera defender algo de la alimentación nacional, la Profeco, Semarnat y otras instituciones de membrete, deberían obligar a que todos los productos, al menos para consumo humano, digan en su etiqueta si están elaborados con productos procedentes de semillas transgénicas, si son orgánicas o tratadas con fertilizantes y químicos, cosa que en verdad se antoja increíble cuando vemos como se anuncia y se expende en supermercados los productos procesados como el jamón, salchicha, mortadela, por citar tres productos que cuestan menos de 30 pesos el kilo, cuando el kilo en pie de cerdo o de res está a más del precio que tiene un producto elaborado con marca y todo ¿de qué están hechos estos productos?

Una vez me comentó una química de un consorcio lechero muy fuerte en México: “Mira de leche cualquier pendejo hace quesos y crema, es fácil, sin embargo aquí hay que sacarlos de las grasas, harinas y caseína”, me dijo ofreciéndome un trozo de queso elaborado en su “Quesería”.

kinotre@hotmail.com

 
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