publicación Online
 
 
el periodico de saltillo
Febrero 2016
Edición No. 324



Los penales

Prof. Evaristo Velasco Álvarez.

Insisto, amigo lector, ¿conoce usted a alguna persona que haya ingresado al penal, en carácter de preso, y que salga de ahí ya corregido? Mejor aún, ¿conoce usted a un asesino que sea ingresado en el penal, y que haya egresado regenerado, o sea ya un ciudadano bueno sin rencores y sin ganas de volver a matar?

Mi cuestionamiento obedece a que yo no creo en la regeneración del sistema penitenciario mexicano. En teoría es muy bonito pensar que quienes ingresan en un penal, al salir serán unos ciudadanos que ya se pueden integrar a la sociedad, como hombres de buenas costumbres.

Entonces… ¿servirá de algo tener a alguien preso 10 o más años, para que luego cuando salga, se enfrente a la misma sociedad contra la que actuó y la que lo condenó a estar recluido tantos años?

Según me han dicho los que han ingresado, al conversar con ellos, es que lo que han aprendido al interior es a saber delinquir mejor; o en todo caso se integran en alguna agrupación delictiva con la que participarán al salir, puesto que reciben algún beneficio al interior, y se encuentran con respaldo en el exterior.

Bueno, pero mientras están recluidos, reciben atención médica, psicológica, con un naturista o nutriólogo que les provee de alimentos balanceados. Algunos logran terminar sus estudios de abogado o de alguna otra profesión, aprovechando los programas que las universidades les ofrecen. Esto último está muy bien, pero que estudien y se reciban y titulen no me garantiza que dejarán de cometer delitos.

El gasto mínimo diario de un preso en uno de los penales de México se estima en $178.00, lo que hace una cantidad de $5,340.00, y que al año se convierten en una cifra de $64,080.00. Ahora bien, si en una prisión están 300 delincuentes recluidos, anualmente pagamos por ellos la cantidad de $19’224,000.00 pesos. ¡sí! DIECINUEVE MILLONES, DOSCIENTOS VEINTICUATRO MIL PESOS!!!!!!!!

Todo sería más sencillo, si en lugar de encarcelarlos les aplicasen la pena de muerte. Sería un ahorro sustancial y le evitaríamos a la sociedad la necesidad de gastos innecesarios. Son ya desperdicio de la sociedad, no nos sirven para nada. Hagamos entonces que ningún otro CHAPO se aparezca en la vida, para ¡Que viva México!

velasco_alvarez@yahoo.com



 
© 2014 El Periódico de Saltillo contacto@elperiodicodesaltillo.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino