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el periodico de saltillo
Febrero 2016
Edición No. 324


La partida ya empezó

 

“Quien sabe hablar sabe cuándo hacerlo.”
Pitágoras.

“Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después. Esta es la diferencia entre los que tienen estrategia y los que no tienen planes premeditados.”
Sun Tzu.

“Maniobrar con un ejército es ventajoso. Maniobrar con una multitud indisciplinada, es peligroso.”
Sun Tzu.


Jorge Arturo Estrada García.


El país está sacudido. El rápido desgaste de la imagen del presidente y su gabinete es evidente. La situación económica empeora rápidamente. La clase política está rebasada por incapaz. La estrategia de seguridad se ha convertido en blindajes de papel llenos de estadísticas trucadas. Los escándalos se suceden y los ciudadanos se irritan cada vez más, los problemas ya tocaron sus bolsillos. El control se pierde, la disciplina se diluye, y las tormentas acechan.

El Nuevo PRI se ha desvanecido en Los Pinos, y está casi arrinconado. Hasta en las victorias están emproblemados. La captura del “Chapo” les quema las manos, saben que no son capaces de garantizar su estancia en prisión. Les urge que Estados Unidos se lo lleve, a pesar de la humillación que esto representa para el gobierno federal.

En lo político el Viejo PRI opera, cada vez más a sus anchas, representado por Manlio Fabio Beltrones. El Padrino acumula poder para lo que se ofrezca en el 2018. A veces con el camino libre.

Así, ya empezaron a desgranarse los nombres de candidatos del tricolor para las elecciones del presente año. En donde puede, el sonorense mete la mano. El presidente Enrique Peña Nieto ya no tiene el control absoluto, se le está yendo de las manos como agua.
Y los gobernadores no facilitan las cosas, son hombres de poder y quieren jugar a las vencidas con el centro. Muchos de ellos saben que verían la ruina política y la cárcel de cerca si la oposición llega al poder en sus estados. Como siempre las circunstancias mandan, y cada caso se examina con lupa.

El presente año creará las condiciones en las que se negociarán las candidaturas del 2017, allá por la última semana de noviembre. El 2016 se avizora tormentoso para el gobierno de Enrique Peña, el dólar, el precio del petróleo y los efectos en la economía familiar pasarán factura.

Las elecciones para renovar gubernaturas en 12 estados del país como Tamaulipas, Chihuahua, Aguascalientes, Veracruz, Sinaloa, Tlaxcala, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Zacatecas, Quintana Roo y Durango serán las pruebas que deberá superar Manlio.

En las negociaciones se hacen más enemigos que amigos. Al final siempre alguien es vencido o aplastado al aprovecharse de sus debilidades. Todas las partes van a aparentar llegar fuertes a la mesa de la repartición. Sin embargo, el trabajo para lograr las candidaturas del 2017 ya debería estar avanzado. El que no lo ha hecho ya va tarde. Las mediciones inician en marzo.

En Coahuila cada semana se suman nuevos aspirantes. En el tricolor ya podemos contar a Miguel Ángel Riquelme, Javier Guerrero, Román Cepeda, Armando Luna, Ricardo Aguirre, Jericó Abramo, Alejandro Gutiérrez, Hilda Flores, Verónica Martínez, y el recién llegado Tereso Medina. Y lo cierto es que ninguno de ellos tiene un liderazgo deslumbrante.

El control en el PRI Coahuila lo tiene el gobernador Rubén Moreira. Los exgobernadores Enrique Martínez y Humberto Moreira también tratan de llevar agua a sus respectivos molinos. Está en juego el control político del estado en el futuro próximo, pero para ello tienen que desplazar al grupo en el poder.

Humberto sabe que si la oposición o un independiente llegan al Palacio Rosa, estaría otra vez muy cerca de un proceso penal. El profesor deberá contener sus ímpetus y su soberbia para navegar a salvo en las aguas procelosas que se avecinan. Es prudente aprender a contener las palabras y los desplantes. Su audacia lo ha llevado lejos. Pero la buena suerte no puede durar para siempre.

Martínez y Martínez, por su parte y a su estilo, maniobra para recuperar espacios y abrirle paso a Enrique Martínez y Morales en su lenta y todavía no muy brillante carrera. Lo primero sería la alcaldía, luego el congreso federal y luego la gubernatura. Pero para ello requiere un personaje afín en el Palacio Rosa. Hace unos meses Martínez y Morales fue víctima de fuego amigo aseguran sus defensores; está fuera de la carrera por la grande de Coahuila, por el momento. Y ni la amistad con Peña Nieto arreglará eso en lo inmediato. Y sin embargo, en la política las derrotas no son para siempre.

Sin embargo, el trabajo, la planeación y el control están del lado del PRI Coahuila. Los opositores ni siquiera estructuran unas pocas frases acertadas, mucho menos proyectos y estrategias viables.

Los panistas apuestan todo a conseguir las candidaturas con base en los compadrazgos internos. Y rezan porque el voto de castigo aparezca en las urnas y les sea favorable. Porque ya ni ser oposición ni hacer campañas ganadoras saben.

Con cero trabajo partidista, el PAN está atomizado, sin cabeza y sin ideas. Está pasmado. Memo Anaya sigue montado en la soberbia y pierde fuerza al interior, y ni así reacciona. Isidro sigue en la hamaca, jugando al golf y a ser alcalde de Saltillo. Para él todo ha sido muy fácil nunca ha hecho nada relevante. Y nadie espera ya ni que lo haga, ni que lo haga bien. Así consumió ya dos años de su mandato. Rosendo se ocupa de conseguirle la candidatura en los tiempos libres que le deja su afición como vinicultor.

Humberto, como se esperaba se ha convertido en ave de las tempestades. Es un factor de desestabilización para el PRI. Sus actitudes pueden fracturar al partido en Coahuila. Internacionalmente ya representa al retrato del viejo partido que no puede desprenderse de su oscuro pasado, en la era de las modernas reformas peñanietistas.

Humberto no se ha ido, lo echaron. Intenta regresar del ostracismo. Mueve resortes, nunca está inactivo. En política las facturas se cobran siempre. Y sólo a veces se pagan: en 2014 la PGR de Peña y Murillo Karam le otorgó un documento que ayudó a Humberto a salir del apuro en España. También, en enero del 2016, hubo comunicación de Los Pinos a España, a los hispanos eso les parece insólito nadie, salvo Rusia, lo había hecho en décadas.

Humberto llegó a México y agarró nuevos bríos. No está seguro si puede ganar los conflictos locales, nacionales e internacionales en los que está envuelto, pero está dispuesto a dar la lucha.

Para el PRI la unidad es indispensable. Para ellos es la condición sine qua non para ganar elecciones.

Los coahuilenses nos volvimos fieras en las redes social. Somos ingeniosos y dedicados ante las pantallas de los móviles, pero fuera del mundo virtual nos transformamos en gatitos y holgazanes. Somos incapaces de salir de las zonas de confort, y al menos votar o gritar algunas cosas en vivo en una protesta.

Para los que están en el poder se trata de mantener el control y la disciplina con la menor turbulencia posible. Para los que aspiran a desplazarlos, se trata de sembrar la discordia entre sus filas, polarizar más los temas, agitar las aguas, sacudir conciencias y estremecer a los apáticos.

La partida ya empezó. Las aperturas han sido planteadas. Las cosas se pondrán más interesantes. Y como fondo habrá música de vallenato.

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