Marçal / Smith

Arcelia Ayup Silveti.

Me encanta cuando una mujer halaga a otra de manera desinteresada y le da reconocimiento sincero. Conozco y he leído muchísimas historias de hombres importantes, que tenían al lado una mujer extraordinaria como pieza fundamental en su desarrollo, pero ésta permaneció en la oscuridad a lo largo de su vida. Recientemente, me acerqué a una semblanza, que me atrajo enormemente. Se trata del libro “¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?, de Katrine Marçal.

La autora es jefa de opinión del principal perió- dico de Suecia: Aftonbladet. Se destaca por abordar temas sobre política, economía y feminismo. Principalmente, mencionaré la advertencia de Marçal, quien dice que la protagonista es un personaje ficticio y que lo planteado no tiene que ver con la vida real.

La escritora sueca nos muestra al padre de la economía moderna como un hombre de huesos, carne, y pensamientos. Al Smith que cada noche tenía frente a sí un plato para cenar, preparado por las manos de su madre, quien lo acompaña. Él se mantuvo soltero, al lado de su progenitora. Ella volcó su vida para cuidar de su hijo.

Cada uno de los platillos que le preparaba, dista- ban mucho de cubrir una necesidad primaria. Represen- taban un halago, una muestra de amor y un elemento primordial para estrechar sus lazos madre-hijo. Ella le demostraba su gran amor, mientras estaba frente a los fogones y partía cada uno de los ingredientes para darle una esencia única, fuerte y efímera. A través de sus guisos, se desarrollaba una relación vigorosa y valiente, más allá de las barreras sociales impuestas en su época.

Son dieciséis capítulos donde nos muestra la vulnerabilidad femenina ante su jornada laboral, aunada a su desempeño como madre, esposa y ama de casa. Señala problemas reales que enfrentan las mujeres de la actualidad, con una visión valiente y feminista. El li- bro censura la alianza entre patriarcado y neoliberalis- mo, dando paso a una colosal desigualdad que mantiene al sexo femenino en condiciones vulnerables. (Gracias a Manuel Medina, por este regalo traído desde España.)

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