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el periodico de saltillo
Noviembre 2016
Edición No. 333


La reforma energética y el desastre del ISSSTE Saltillo

JABA.



Conseguir medicinas en el ISSSTE es un vía crucis. Únicamente llegan los días martes, y para alcanzar a recibirlas se cumplen esperas de hasta 18 horas.

 

Es bien sabido que México posee obesidad burocrática, ese es y ha sido el estilo de organización laboral y social desde que se fundaron las instituciones, herencia de la Revolución (priista) hasta la fecha. En el sector salud, existen dos instituciones importantes: el IMSS, que se encarga de dar cobertura de salud a trabajadores del sector privado, y el ISSSTE que otorga el mencionado servicio a trabajadores del Estado.

Históricamente, son de conocimiento público las corruptelas y saqueos a ambas instituciones por sindicatos, gobiernos y personajes políticos que van y vienen, eso sin mencionar la falta de humanismo en el diario atender. Sin embargo, hasta el gobierno calderonista, por lo menos el ISSSTE se había mantenido en márgenes operativos “medianamente saludables”.

Con la llegada de la administración peñista y el desmantelamiento de PEMEX, gran parte de los trabajadores que prestan o prestaban servicios a la empresa paraestatal pasaron a formar parte del ISSSTE; un acto de alta traición del dirigente Romero Deschamps. Pues, haciendo un paréntesis, entre las nuevas condiciones del contrato de PEMEX para con los trabajadores: se despedirá a un porcentaje considerable, se eliminan las pensiones vitalicias para las viudas de trabajadores, entre otros movimientos perniciosos. Justo esta semana se anunció el despido de una extensa plantilla de trabajadores de PEMEX en Campeche, Tabasco y Veracruz.

Del 2007 al 2015, se incrementó en un 65% la incorporación de trabajadores de PEMEX y CFE al sistema de pensiones del ISSSTE. En pocas palabras, se avecina a galope tendido una inminente quiebra. Basta echarse una vuelta por el ISSSTE de la ciudad, para hacer patente la sobrepoblación que se ha generado.

Ahora, conseguir medicinas (que ya fueron pagadas por el trabajo de los derechohabientes) es un viacrucis. Únicamente llegan los días martes, y para alcanzar a recibirlas se cumplen esperas de hasta 18 horas. La Farmacia luce sobre-aglomerada (si se permite la expresión), con caras entre los asistentes que van de la tristeza, pasando por el hastío y el enojo.

Se genera desmán y rencillas, pues no hay un control adecuado para sacar fichas que corresponden al turno. El descontento se acentúa aún más, cuando, luego de la larga espera, en la Farmacia les dicen que tal o cual medicina no llegó o ya está agotada.

Se miran personas provenientes de estados aledaños, como Zacatecas y hasta San Luis buscando una unidad que cuente con los servicios que no se encuentran en sus respectivas comunidades.

Por último, respecto al sistema de pensiones, agregar toda una masa de sindicalizados de PEMEX al ISSSTE, es un error, con un sistema de pensiones al borde de la quiebra y una ley que deja mal parados a trabajadores que han dedicado sus vidas a equis servicio público.

Las reformas (dentro del plano de los sistemas de salud y los trabajadores) han resultado en un cruce de responsabilidades entre instituciones insanas por sus vicios y mafias de siempre. En lugar de cargarle la mano al ISSSTE con trabajadores de paraestatales, la tarea está en resolver la crisis en el IMSS y, en resolver el nuevo acomodo, pensión y finiquito de los trabajadores desplazados de la malograda Reforma Energética.

 
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