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el periodico de saltillo
Noviembre 2016
Edición No. 333


Mirando a fondo

La fuga de Javier Duarte
Un herradero de la PGR

Víctor González Avelar.

ENTRADA.- Lo tuvieron muchos meses a la vista. Estaba a diario en los canales de televisión del Distrito Federal como del Estado de Veracruz. Daba entrevistas a todos los reporteros de México y también a los conductores de noticiarios. Muy tempranito asistía bien bañadito y acicalado a las instalaciones de Televisa con Carlos Loret de Mola para contarle las muelas y burlarse de los televidentes.

Se movía como pez en el agua en restaurantes y centros comerciales de la ciudad. Iba y venía a Jalapa por carretera o en avión. Llegaba chacoteando con los reporteros a los aeropuertos en su jet privado. Todo mundo lo veía pasar con su séquito de adláteres y paniaguados.

Todos sabían en donde vivía y en donde se hospedaba. Sus números de teléfonos celulares (todos localizables vía satélite) era y son conocidos por los funcionarios encargados de aplicar la ley muy especialmente por la Procuraduría General de la República. No obstante todo ello, ahora nos sale el Secretario de Gobernación y la Procuradora, con que no saben el paradero de Javier Duarte; que no tienen información por parte de Migración.

SOPA.- Al igual el gobernador interino de Veracruz, Flavino Ríos Alvarado encargado de las atribuciones, reglamentos, decretos, acuerdos y órdenes del Presidente, desconoce en su totalidad el lugar en donde se encuentra el gobernador con licencia. O sea, que a ninguno de ellos se le ocurrió, lo que hace 80 años se le ocurría al famosísimo investigador Valente Quintana: ponerle con semanas de anticipación una “cola” y saber así de sus movimientos. El fugado gobernador con licencia está acusado de haber cometido los probables delitos de peculado y enriquecimiento ilícito; pero ninguna autoridad sabe en donde se encuentra. Igual que Padrés el de Sonora, que huyó a la vista de todos entre risotadas y carcajadas burlonas. Lo tenían bien localizado en su rancho, pero ahora es necesario buscarlo en 140 países.
Igual caso el de Caro Quintero, que liberado por un Juez de Distrito saliendo de la cárcel se hizo humo. Tampoco a nuestros inteligentes funcionarios de la Procuraduría se les ocurrió ponerle una “cola” saliendo del reclusorio. Hoy es la hora que la Interpol lo anda buscando por los cinco continentes.

PLATO FUERTE.- Todo esto suena a burla. Parecería que algunos funcionarios públicos piensan que el pueblo es idiota o retrasado mental. No es creíble que se hayan esperado a su fuga y desaparición para que empezar la búsqueda del veracruzano.

Siguiendo el mismo sistema infecto de artrítico que ha padecido la administración de justicia en México, mismo que venimos sufriendo desde los tiempos de la colonia española. Ahora la Procuraduría nos viene a presumir que:

“Ya tienen las dos carpetas de investigación: El número FESP/013/2016/1-04, por los delitos de Enriquecimiento Ilícito, Peculado e Incumplimiento del Deber Legal, constante de ¡10 tomos y 12 anexos! relacionada con la similar que se integra en esta Subprocuraduría. Y el número FESP/216/2016/14-07, por los mismos delitos, constante de ¡4 tomos y 69 anexos! relacionada con la similar que se integra en la Subprocuraduría”. Esto quiere decir, que se han creado 14 tomos y 81 anexos de papeles inservibles guardados en 18 cajas tamaño oficio, que finalmente no le harán ni cosquillas al gobernador con licencia, Javier Duarte.

Uno se preguntaría si toda esta tragicomedia de impunidad no fue un acto fríamente calculado por la Procuraduría General de la República y la del Estado de Veracruz para detener el avance de las investigaciones en espera de que Duarte pudiera fugarse tranquilamente y riéndose de todos.

Los casos de Caro Quintero, de Padrés y Duarte son igualitos y responden a un mismo patrón o modus operandi de las procuradurías en este país.

Es trágico que la Procuraduría General de la Repú- blica en casos con tinte político actúe de esa manera. Si esto es así, nunca esperemos que la PGR haga una investigación, seria, profunda, plena de pruebas y evidencias como para detener y sentenciar a cualquier delincuente.

POSTRE.- Si no pueden aprehender a los delincuentes que viven dando entrevistas en la televisión, declaraciones en los medios, asisten a restaurantes, con negocios, lugar de trabajo y domicilio conocidos por todos, tampoco lograrán encontrar un elefante dentro de un elevador. Pero así funciona el artrítico sistema de procuración de justicia en México.

DIGESTIVO.- La inquietud jurídica sería, si se puede aprehender a Javier Duarte cuando aún goza (¿o no goza?) de fuero, en su calidad de gobernador con licencia.

 
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