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el periodico de saltillo
Septiembre 2015
Edición No. 319



El poder hipnótico de la palabra


Salomón Atiyhe Estrada.

Las palabras son los ladrillos con que construimos nuestro discurso, somos el arquitecto de nuestros mensajes emitidos a la familia, los amigos, los discípulos, los clientes, a la pareja, a todo lo que sea centro de nuestra comunicación verbal. Generalmente todas nuestras batallas cotidianas son por medio de la palabra hablada.

La palabra es influenciable, se contamina fácilmente por el entorno donde se convive, por lo mismo, está íntimamente relacionada con la psicología, por ejemplo, actualmente vivimos una era bajo la influencia de la neurosis. Si analizamos el énfasis, los tonos y el ritmo de nuestra voz al comunicarnos con nuestros semejantes notaremos que a veces no sabemos lo que estamos diciendo o que existe cierta dosis de violencia o negatividad en los mensajes construidos, sobre todo en los temas que tienen que ver con el futbol, la política o la religión, y armamos tal barullo que no nos damos cuenta que son pocas las diferencias entre los hablantes; lo que pasa es que hablamos en automático. Neurosis, en pocas palabras, significa ‘falta de percepción’.

A lo largo de la historia han existido poetas, filósofos, escritores, líderes, pastores religiosos, políticos y conferenciantes que tienen un don especial, un poder hipnótico al hablar sobre sus escuchas, podríamos citar nombres al infinito. Por regla, dentro del Taller de Oralidad que imparto, se les recomienda a los asistentes investigar al respecto. Si los maestros dedicaran más tiempo a educar su voz, cultivar su cultura y conocimiento al respecto, ayudarían enormemente a sus alumnos con ese poder hipnótico que tiene la palabra carismática, sobre todo para motivar y trasmitir conocimientos efectivamente.

Los maestros ascendidos dicen: “Las palabras tienen más poder de lo que habitualmente les atribuimos. Ellas se emiten con una vibración que puede elevar, confortar, sanar, alentar o deprimir, enemistar, dañar, desalentar. Cualquiera sea el nivel de vibración, este va hacia el espacio y permanece allí, afectando a la atmósfera que nos rodea. Probablemente habrás experimentado esto. Por lo tanto, si quieres producir bienestar en tu mundo, es importante que las palabras que hables y los pensamientos en que te ocupes reflejen esa cualidad.”

Son muchos los estudiosos que han publicado libros sobre este tema, incluso ‘audiolibro’ como el de Alex Dey que les puede auxiliar a educar su forma de hablar. Bob Decarlo, escribe: ‘Es increíble el poder que ejerce la palabra hablada en nuestras vidas, y más increíble aún, que muchos de nosotros no tengamos realmente en cuenta su importancia. Las palabras no son más que los pensamientos exteriorizados de la mente y las que continuamente van creando nuestra realidad. Siempre estamos utilizando palabras, pero la mayor parte del tiempo no pensamos lo que decimos ni como lo decimos. La verdad es que ponemos muy poca atención a la elección de nuestras palabras. De hecho. La gran mayoría de nosotros suele hablar en términos negativos.

Lastimosamente cuando éramos pequeños, nadie nos enseñó la importancia de saber elegir nuestras palabras, y que estas podían literalmente conformar nuestras vidas. Jamás nadie nos dijo, que los mismos pensamientos expresados en formas de palabras volverían en forma de experiencias. Tampoco nadie nos dijo, que poseemos un gran potencial y que la vida está para apoyarnos.’

Vale la pena citar en extenso algunos pensamientos relacionados con la psicología y la palabra: ‘Muchos de nosotros crecimos en un ambiente negativo, creado involuntariamente por nuestros padres y digo involuntariamente, porque a ellos también les tocó vivir el mismo ambiente. A muchos, nos repitieron una y otra vez, palabras o frases negativas que se nos convirtieron en un condicionamiento mental. Estos mensajes, fueron los primeros que recibimos en nuestra infancia y que además, contribuyeron a configuración de nuestro diálogo interno, es decir la manera en que nos hablamos a nosotros mismos.’

‘Debido a que la persona promedio habla consigo misma más de la mitad de su día, hace que el diálogo interno sea muy importante, ya que este constituye la base de nuestras palabras habladas. En otras palabras, el diálogo interno crea el ambiente mental según el cual vamos actuar, determinando la clase de experiencia que atraemos. Si nos subestimamos, la vida va significar muy poco para nosotros; en cambio, si nos amamos y valoramos, entonces la vida puede ser maravillosa.

Empieza ahora mismo a prestar atención a todo lo que dices; cambia tus palabras negativas y limitadoras. Llena tus pensamientos de positivismo y grandeza, para que estos a su vez, se exterioricen por medio de tus palabras, creando así tus experiencias de vida.

Es importante saber, que nuestro subconsciente no hace juicios, acepta todo lo que decimos y crea en concordancia para nuestra vida, lo que nosotros afirmamos. Por lo tanto, si elegimos conceptos y creencia de pobreza, entonces el subconsciente supondrá que eso es lo que deseamos y continuará dándonoslos hasta que decidamos cambiar nuestros pensamientos, palabras y creencias por otros mejores.’
‘Uno llega a creer cualquier cosa que se repita a sí mismo, así sea una afirmación verdadera o falsa. Si alguien repite una mentira una y otra vez, con el tiempo la aceptará como algo cierto. De ahí en adelante, la mente comenzará a aceptarla como una verdad absoluta, y actuará de acuerdo a esta nueva realidad que ha programado. Imagínate lo que habría sucedido si Albert Einstein hubiera escuchado a aquel médico que diagnosticó que era un retrasado mental debido a su aparente dificultad para articular las palabras, o al profesor que lo criticaba por sus continuas ausencias mentales durante la clase y que sugirió a sus padres que lo sacaran de la escuela ya que era una distracción para los demás alumnos. Nadie recuerda el nombre o los logros de aquellas dos personas, pero todos sabemos quién fue Albert Einstein y cuáles fueron sus contribuciones en el campo de la ciencia, Así que la próxima vez que alguien emita una crítica acerca de tus habilidades no te apresures a aceptarla sin cuestionar su validez.

Ahora que sabemos un poco más a cerca de lo poderoso que son nuestros pensamientos y palabras, es preciso que reeduquemos nuestra forma de pensar y de hablar, con la práctica de pautas positivas. De esta forma lograremos resultados positivos y maravillosos.’

Afortunadamente he podido constatar en los estudiantes que han tomado el Taller de Oralidad que impartimos en el Centro Cultural José R. Mijares una notoria mejoría y cambio de actitud favorable. Pero lo importante es que los maestros trasmitan estos pensamientos a sus alumnos, de manera que puedan reflexionar y debatir al respecto.

 
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