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el periodico de saltillo
Septiembre 2015
Edición No. 319


La pobreza extrema va más allá de la
carencia de primera necesidad


Salomón Atiyhe Estrada.

Desde hace décadas, los coahuilenses al igual que en muchos estados de la República Mexicana, nos convertimos en una máquina social domable en la política del régimen. De continuo vemos legiones de resentidos sociales por su sensibilidad vejada. Es común ver que las cadenas mediáticas de medios compiten por un mayor rating exhibiendo a las masas enfurecidas, a los fanáticos delirantes, los heridos sangrantes… acrecentando el apetito humano por imágenes violentas, es un síntoma de envenenamiento de la sensibilidad cotidiana en la estética urbana.

Barrios donde sus habitantes son desplazados al anonimato más que para la interacción ciudadana. Vamos hacia la indiferencia donde importa más la defensa ante un entorno violento. Un ambiente donde es fácil fabricar fanáticos. La dignidad humana se infecta con sistemas sociales agresivos y degradados. La imagen vista en los noticiarios de la explotación de rapiña contra jornaleros agrícolas en Ramos Arizpe, Coahuila, hacinados en cartón y papel, alimentados peor que a los animales entre la inmundicia y las moscas; niños sometidos al trabajo de campo, mal pagados, sucios, como animalitos de carga, en espera de ser defendidos por los mismos que defienden a los perros y a los toros con pancartas en el Congreso del Estado.

La pobreza extrema de nuestros compatriotas contagia nuestros valores y respuestas al mundo, a nuestros juicios sobre lo verdadero y lo falso. Puerilmente la política, sepulta cada vez más al razonamiento, manipula la sensibilidad humana. En una sociedad con barriadas improvisadas donde depositan individuos que van a desarrollar efectos de ansiedad y depresión, merced a la mala alimentación, traducida en mala o nula educación escolar en chozas miserables utilizadas como aulas sin servicios sanitarios, germen de trastornos múltiples ya que somos seres biopsicosociales y los malos efectos no se resuelven con psicoterapia, sino con proyectos de desarrollo humano integrales.

Nuestro Estado de Coahuila está descuidando a estos sectores marginados de la sociedad, espero que no sea con premeditación y alevosía; prefiero que sea porque todo ingreso se va a pagar la mega deuda. Se requieren planes y programas emergentes, administrar los presupuestos y no gastarlos en eventos efímeros.

 
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