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el periodico de saltillo
Mayo 2015
Edición No. 315


Las normales rurales

Fidencio Treviño Maldonado.

Los Perros de la ciudad es el título de un libro del escritor peruano Mario Vargas Llosa, libro que hace casi medio siglo leí y que nos retrataba a los entonces estudiantes de las Escuelas Normales Rurales del país, que teníamos un presupuesto de 4.50 diarios (cuatro pesos con cincuenta centavos al día), en 1964-1968. Para la clase alta en ese entonces y hasta ahora los que estudiamos para profesores éramos los perdedores del país, la casi profesión, o trabajo de bajo perfil, sólo recordado el 15 de mayo por un festejo efímero y un incremento del precario sueldo anunciado por el presidente del país en turno.

Qué lástima que el pueblo hasta ahora sepa que existen o existieron las mentadas Normales Rurales, esto por los lamentables hechos ocurridos en una de estas normales del Estado de Guerrero, ya que como es sabido a la clase gobernante poco o nada le ha interesado la educación, la prueba es que los hombres fuertes, con recursos monetarios y los que mandan en el país la mayoría estudiaron en tecnológicos o universidades del extranjero y sus hijos ni se digan, sin embargo se nota, se palpa y es tangible por la situación que guarda el país, que los que mandan en la república, así estén graduados en los y las mejores universidades y tecnológicos del mundo han servido al menos en México para poco o nada la cosa.

Ya que a esos les faltó la formación como seres humanos, es decir se materializaron y el sentido común lo desconocen. Cuando nuestra escuela Normal de Tamatán, en Ciudad Victoria, Tamaulipas le tocaba desfilar era muy común que muchos nos gritaran “PERROS”, esto no sólo en Tamatán, Tamaulipas, sino en todas las ciudades en donde estaban las 32 Normales Rurales del país.

Cuando Luis Echeverría fue presidente del país (1970) comenzaron a morir estas normales rurales, achacándole y so pretexto de que eran incubadoras de gente alborotadora y en la llamada Guerra Sucia muchos líderes de estas Normales fueron perseguidos y desaparecidos, otros profesores egresados también sufrieron la misma suerte. En ese entonces el país seguía como ahora dormido, viendo telenovelas, sube Pelayo sube, siempre en Domingo, películas churros, llenas de encueratrices algunas de éstas amantes de los políticos, que también poco ha cambiado, las escuelas públicas vivían su auge, con turno descontinuo (mañana y tarde) los profesores eran de hábito y en las comunidades alejadas de los grandes centros poblacionales, eran las normales quien surtían de estos profesores que muchas veces suplían al juez, al cura, doctor y otros puestos en donde los preceptos de la revolución aun no llegaban, aunque a la fecha y a más de un siglo del inicio de esta revuelta, 30 millones de habitantes aun esperan las bonanzas prometidas de esta revolución.

Vargas Llosa ilustra la ordenanza en su libro, órdenes del colegio militar peruano, que no se discuten; se obedecen, acatan y se ejecutan. Libro que sale a la luz hasta en 1963 por la ley mordaza en esos países gobernados por gorilatos. La simulación de la ley de libre expresión en México es al contrario toda una represión contra quien se atreva no seguir las reglas del maiceo, como se le nombra en el argot periodístico nacional, el dar dádivas a los medios para seguir con el culto a la personalidad del gobernante en turno. Para desgracia del magisterio nacional y gracias a sus últimos, impuestos, nefastos y dictatoriales líderes, Carlos Jongitud Barrios, aquel de la “Vanguardia Revolucionaria” y después Elba Esther Gordillo Morales, cacicazgos estos que no permitían que ni una hoja se moviera sin su consentimiento y los que en su época nos salimos de su entorno fuimos reprimidos y “Puestos a Disposición” y cosa rara, casi todos los que se salían de su dogma pertenecíamos o fuimos egresados de Escuelas Normales Rurales o de la jaula de los perros.

Una vez casi terminadas el holocausto de estas Escuelas rurales, que dicho sea de paso los egresados no supimos defenderlas, la ruindad , el debacle y la corrupción, no sólo ejerció su poder en los líderes, sino que la apatía y el poco romanticismo de miles de profesores que aguardaban con el gis y el pizarrón, se terminó, también en esta perversa y simulada comedia de educación, se fueron aquellos perros egresados de las Normales Rurales que deambulaban en las rancherías, poblados, aldeas, comunidades y ahora en las grandes ciudades, los profesores se elevaron a Licenciados en Educación.

En este país respecto a la educación y su sistema, no se puede ser lo que nunca fue y no por falta de buenos profesores y excelentes profesoras, sino por el oscurantismo que a la fecha con tanta tecnología sigue nuestro país sumido en la ignorancia, por desconocer el por qué y el cómo saber, esto desde luego sin comprender lo que supuestamente sabemos. Una bola de seudolideres de los que mandan en algunos partidos políticos, hacen apenas unos días formaron un pacto, una más de las comisiones o cofradías, más de impacto mediático y cacaraqueo que de remediar la esclerosis terminal que hace décadas padece nuestro sistema educativo. No cabe duda de que a falta de empleo en los profesionistas egresados de las universidades, estos son ocupados como profesores “En lo que sea” de ahí que nuestros niños, adolescentes y jovencitos salgan como sea.

Las jaulas de perros se cerraron, ahora languidecen pocas normales rurales, privadas y públicas, mientras se les de más dinero a los partidos políticos, nuestra educación así seguirá.

kinotre@hotmail.com

 
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