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el periodico de saltillo
Febrero 2015
Edición No. 312


Afufadas y “mafufadas”

Urge desaparición de poderes en municipios irresponsables


 

Adolfo Olmedo Muñoz.

Ante la ineficiencia “voluntaria” (corruptora) o involuntaria (ineptitud), la perfidia solidaria, o la cómplice corrupción de pequeños “feudos municipales”, es urgente que se revisen fórmulas más “dinámicas” y expeditas para la oportuna desaparición de poderes en algunos municipios rehenes de delincuencia, organizada u ¡”organizadas”! (todas son igualmente degradan- tes), dentro de algunas entidades de nuestro país.

Desgraciadamente la actual opinión pública, debate a un ritmo acelerado e incierto, que confunde y en momentos revuelve los temas importantes con los baladíes, como por ejemplo la presencia de un bufoncito (para no herir la susceptibilidad de honorables payasos) con sotana como es el actual obispo “emérito” de Saltillo, Raúl Vera, quien en Ginebra, Suiza, llevó su “show” oportunista para denostar la política mexicana de cobertura de los derechos humanos, e incluso, “ofició una misa” para denunciar las “irregula- ridades” que se viven en nuestro país, y la supuesta complicidad del Estado.

Su actitud es, nuevamente oportunista, aunque no se sabe a favor de quién, por lo que no queda más que reafirmar que es un enfermo en afán exhibicionista de egolatría, con fines, no sabemos de qué, pues la falsa propaganda orquestada por sus corifeos para obtener ¡¿?! Un Premio Nóbel ya fracasó, Algunos dirían que trata de ser la voz de los desheredados de la justicia, pero en realidad no es quien con autoridad moral, pues ni siquiera sabemos, con qué recursos llega a una sede internacional como Suiza, que no es nada barata, además de que no creemos que haya acudido sin “séquito”, lo cual aumentaría, unos gastos, que sabemos muy bien, a qué grado de súper lujo se las gastan esos eclesiásticos.

Creo que en territorio mexicano, y con trabajos más comprometidos y serios, el obispo de marras tendría que estar “cabildeando” en círculos más frontales de la lucha contra la injusticia y la impunidad en nuestro país. Impunidad que ha sido solapada por la Iglesia, desde hace más de 500 años. A quién pretende engañar el Obispo Vera, si su perorata ni descubre el hilo negro ni aporta solución alguna: La Iglesia es en muy buena medida, culpable del deterioro social que agobia a nuestro país, por el que en una pérdida de valores, se cometen aberraciones e injusticias.

Raúl Vera ha demostrado, fehacientemente que no es más que un aprendiz de guerrillero, pero de dientes para afuera. Su divisa, de acuerdo a sus hechos, no es más que el acratismo, más allá de la anarquía.

Es cierto que la “desaparición forzada”, en todas sus vertientes, constituye un espinoso problema de seguridad nacional; es cierto que las autoridades deben acelerar su combate, pero también es cierto que posturas oportunistas y demagógicas como las de algunos “organismos pro defensa de los derechos humanos”, han contribuido a infundir miedo en la función pública para aplicar todo el peso de la ley, sin miramientos y sin remordi-mientos, para combatir el principal cáncer de este país, la corrupción en todas sus formas.

La opinión pública debe ser también, muy responsable y reconocer que hay ocasiones en las que la aplicación de la ley no es negociable. Desde luego que el miedo político, también ha influido, pues el temor a que la represión de los actos de vandalismo que provocan falsos defensores sociales so pretexto de “violaciones”, les descargue un costo político.

Nadie con un mínimo de inteligencia podría negar los avances alcanzados por Enrique Peña Nieto en lo que va de su administración, pero creo que es tiempo también de señalar su miedo al qué dirán. Ha sido muy complaciente con los partidos políticos, muy timorato ante el oportunismo de organizaciones que dañan la imagen, política, social y humana de nuestra nación.

Si la presidencia de la República considera de importancia crear mecanismos óptimos para una mejor administración de la función pública en los municipios, deberá hacerlo. La ley de por sí, faculta al Estado, corregir desvíos administrativos en Estados y Municipios. Facultad que compete al Senado de la República en caso de conflictos estatales y los Congresos locales en casos municipales.

Ante las amenazas para la seguridad nacional que representa la corrupción en todas sus “modalidades” es menester que el gobierno de Peña Nieto, vía su Secretario de Gobernación, imponga orden en municipios captados por facciones, no sólo del narcotráfico, sino de cualquier tipo de pandilla facinerosa que pretenda cotos de poder por encima de los intereses de la sociedad.

El asunto es irrebatible desde el punto de vista jurídico, pues la ley contempla en las fracciones reglamentarias del artículo 76 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la posibilidad de entrar en acción en municipios, no sólo de Guerrero y Chiapas, también de Oaxaca, y en general donde la ineficiencia sea manifiesta, lo cual pudiera representa un serio riesgo de desajuste del orden político, pero es un riesgo que se debe transitar, para garantizar la plena vigencia del orden jurídico, en todo el territorio nacional.

Afufar la acción del Estado podría estar incubando las “mafufadas” de muchos oportunistas partidistas o de otros sectores sociales de ricos manipuladores o de pobres manipulados.

 

 
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