Pantalones

Rufino Rodríguez Garza.

En el ejido Pelillal, del municipio de Ramos Arizpe se localiza esta represa de tan extraño nombre: Pantalones. Hasta la fecha no ha sido posible saber el origen del nombre pero en las comunidades ejidales suelen poner nombres raros, como el propio de la comunidad ejidal: “Pelillal”, aunque de éste nombre sabemos de donde proviene, de una modesta planta que nace en forma de pelos, es decir dos o más hojas delgadas y alargadas que dan la impresión de cabellos.

Presa Pantalones del ejido Pelillal en Ramos Arizpe del estado de Coahuila, en múltiples ocasiones he visitado este importante sitio y siempre encuentro algún detalle que no había observado en anteriores visitas.

Ahora, en el ejido hay vientos nuevos, que en un momento dado pudieran impedir que ingresáramos a los sitios con Arte Rupestre.

Este lugar es simplemente de los mejores de Coahuila. Esta zona está conformada por una buena cantidad de sitios. Aquí y sólo aquí, hay pinturas, petroglifos y geoglifos. También del lugar y de sus alrededores, localizamos Arte Rupestre Móvil, poco más de 100 piezas, las cuales se encuentran en el Museo del Desierto (15 piezas) y en el Museo Coahuila y Texas en Monclova (10 piezas). El resto se encuentra en manos del INAH, es decir con la doctora Leticia González Arratia que está preparando un ensayo grande acerca de la materia.

El arte móvil fue localizado por primera vez en Boca de Potrerillos, Mina, N.L., hará más de 20 años, en la localidad de Cóconos y otros ranchos del rumbo.

Para Coahuila, el compañero José Guadalupe Flores Ventura y un servidor, también empezamos a encontrar estas “tablillas” que al decir de los especialistas se trata de ofrendas generalmente localizadas cerca de chimeneas o en las mismas.

En Nuevo León sólo están registradas 18 o 20 piezas y en Coahuila más de 100. El amigo Ventura y el que esto escribe, nos tomamos la libertad de medirlas, pesarla y describirlas.

El día 7 de diciembre del año próximo pasado, regresé al ejido, y como es ya una tradición realicé la entrega de juguetes a los niños de esta comunidad; para no pasar por alto a la autoridad ejidal representada por Don Juan, solicité permiso para ingresar al lugar, el cual amablemente me lo proporcionó pero dijo que estaba llegando de la junta mensual y que allí se trataría el tema de las visitas de extraños a la zona arqueológica.

Creo que tienen razón, el lugar se ha publicitado mucho y no sólo han ido personas interesadas en la prehistoria, sino que en más de una ocasión se ha llevado grupos numerosos a conocer los antiguos vestigios del hombre indígena del norte de México.

En comunidades como el Mogote y/o Narigua se ha puesto algo de orden pues de antiguo se construyeron andadores y recientemente se pusieron cédulas explicativas; lugar para estacionamiento, lugares con bancos, baños y asadores; también un local donde se elaboran y se venden piedras con los motivos grabados y un modesto jardín con plantas propias de la región; la idea es excelente pero ha faltado más orden, orientación y sobre todo mantenimiento de andadores, veredas y local de artesanías y el mini museo.

Nosotros, en reciente viaje con grupos de la U A de C, Escuela de Artes Plásticas, en el mes de noviembre del 2014 pagamos por visitar el sitio, aunque no se nos proporcionó ningún guía o persona que interpretará los motivos grabados o que simplemente nos acompañará, pues eso ayuda a que los visitantes no vandalizen tan interesante lugar.

Si aquí en Narigua se cobra, ¿porque haya en el Pelillal no? Bueno pues en Narigua de General Cepeda, hay una pequeña estructura y en el Pelillal no hay nada que justifique el cobro, el cual gustosos de pagaríamos.

Esta nota para El Periódico de Saltillo que aparecerá en enero, tiene por objeto llamar la atención del INAH para que de una vez por todas se levante un plano con cada uno de los sitios, se llenen las cédulas necesarias y que se construyan caminos, veredas, letreros y se prepare a la gente que pudiera servir como guía a los visitantes. En este momento hay pocas gentes que puedan dar el servicio, pero con el tiempo se harán y se irán incrementando y con suerte pueda generar un ingreso para el ejido.

En la cortina de la presa Pantalones, en la parte oriente del vertedero, localizamos una hermosa planta de maíz (Homero dirá que es de sus descubrimientos), no lejos, pero al lado poniente, junto a una pintura, se observa otra planta de maíz, lo que demuestra arqueológicamente una ya incipiente influencia mesoamericana en la región sureste de Coahuila y norte de México.

Para abundar en el tema diremos que hay otros vestigios que refuerzan esa presencia de los mexicas en esta parte de la república, hablamos de la representación de venus o estrella de la mañana o simplemente Quetzalcóatl en más de 30 sitios de los municipios de Ramos Arizpe, General Cepeda, Parras y San Pedro de las Colonias, el símbolo de venus es una cruz enmarcada que se fue adueñando de todo el continente, pues la podemos ver desde el norte de los Estados Unidos hasta países retirados como Venezuela, Perú y otros más del sur del continente.

También la misma representación sirvió en el Caribe para la representación de este planeta. Otra figura en que se muestra la influencia de Mesoamérica en tierras chichimecas fue el perro el xoloscuintle que fue encontrado en un buen muy buen estado de conservación en la famosa Cueva de la Candelaria en el municipio de San Pedro de las Colonias.

También se observa influencia de las culturas del Golfo de México entre los grupos del desierto cuando encontramos cuentas de collar elaboradas con conchas del mar, entre otras se ha identificado a la turbinella angulata.

Pero lo que demuestra la influencia mesoamericana es la presencia de dioses del México central. Hemos localizado un sólo motivo y se trata de Tláloc, el dios de la lluvia y de la tierra, “el que hace brotar el agua”, la representación del agua divinizada y de la fecundación de la tierra. Tláloc es un motivo bellamente representado grabado en una serranía con orientación oriente-poniente; el dibujo ve hacia el norte.
En General Cepeda, en los alrededores de Puerto Margaritas, se localizó una planta de maíz junto a una representación muy estilizada de Tláloc, para el siglo XV tenemos presencia de las culturas del México central. Estas relaciones o influencias fueron previas a la llegada del hombre blanco en el siglo XVI.

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