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el periodico de saltillo
Enero 2015
Edición No. 311



Muera el año, viva el año


Fidencio Treviño Maldonado.

Como agua en las manos abiertas se esfumó el año viejo, con más felicidades que desgracias y más allá de glorias, triunfos y fracasos, están las alegrías, que entre recuerdos y memorias algunos cuando son amargos se largan y los días felices nadie los borra. Lo que fue ya no será y lo poco o mucho que se dejó de ser ya no volverá. Con sus alegrías se fueron las posadas, las navidades y sus sueños fallidos, las promesas de año nuevo seguirán por unos días vigentes y después a olvidarlas.

Bienvenido sea el año nuevo, porque Dios, el destino o la fortuna, nos dio la oportunidad de cruzar esa raya que llega entre brindis, sonrisas, abrazos, besos, tiempos de perdones y arrepentidos, muchas mentiras camufladas de promesas, tiempos de desterrar rencores y buscar reconciliaciones, dar y recibir regalos y hasta pecados de gula y las tallas de más a la ropa con las ricas viandas propias de esos días, en hogares ricos cena y uvas, vinos espumosos, mientras en la mayoría de los hogares, romeritos, pozole u comidas recalentadas.

Los días de euforia del año nuevo pronto pasarán, y será joven, y llegará a maduro y entrará otra vez a ser año viejo y pocos recordarán las promesas lanzadas al viento y juramentadas a sí mismos se dejarán para después y por centésima vez no se cumplirán las promesas, menos se llevarán a cabo los proyectos trazados al principio y otra vez el círculo ritual y costumbrista, así hasta el final de los siglos.

Fenece el año entre vivas, y nace el año con hurras, luces y truenos, y, cual guerrero se iza con la despiadada espada del tiempo, ese designo sagrado que no perdona y despertamos a nuestra realidad, como dice la canción de Serrat: “La fiesta terminó, el borracho desvelado pegado a un poste está, el cura a su misa regresó, el tendero a su tienda y la mujer a barrer la basura que la fiesta dejó”. Sin embargo la triste realidad es que más allá de que muera o nazca el año, los días, los tiempos y nosotros mismos tenemos que seguir en más de lo mismo, esto al menos en nuestro país, una nación en la que el año nuevo no trae nada nuevo para los millones de ciudadanos, un oscuro horizonte que no se despeja, la perversa realidad es el tiempo canalla que nos ofertan nuestros jefes, los de la Casta Divina retoman la vida cotidiana, toman las riendas del tiempo, le dan forma a los doce meses, a las 52 semanas, a los 365 días y a las miles de horas en su labor de ordenamiento.

Mientras para los millones de habitantes que se trazan metas y vierten objetivos, para los políticos el año nuevo es otro día en que sólo tienen como único, primordial y empecinado objetivo de joder al de por si fregado pueblo, un pobre pueblo mudo, ciego, manco, cojo, sordo que es llevado al matadero como viles borregos, país éste en que aun se nos entretiene con sus espejitos (aparatos de tecnología) para de por si estar más apendejados que de costumbre, ahora si nos podemos dar cuenta que la tecnología de la comunicación al menos sirve para algo, quitar el tiempo, matar el lenguaje y hacer que los diccionarios se suiciden cada vez que leemos uno que otro mensaje por estos aparatos y aun así nos empecinamos a decir y hasta sentirnos orgullosos de que niños de 4 o menos años sabn usar esos aparatos que sólo han logrado hacer más millonarios a los monopolios extranjeros y sus consorcios vende o presta nombres nacionales.

Viva el año nuevo con sus aumentos en los combustibles, en las tarifas de pagos de impuestos de toda índole, aun con sus promociones que "bondadosamente" hace la clase gobernante a los que pagan a tiempo, dinero para hacer obras (¡¿¿¿¡¡¡? ???? !) y cuando entra el año se rebaja a quien sea contribuyente cumplido, aunque para los incumplidos después también hay mejores descuentos, esos son nuestros magos en finanzas.

Pero hay que seguir adelante, como los Fenicios, aquellos intrépidos navegantes que contra viento y marea se lanzaron en pos de nuevas conquistas, ese debe de ser nuestro objetivo, único y propio que nadie piense por nosotros, ser uno mismo en lo bueno, en lo peor y hasta en lo malo, ser original, vivir con los retos que gracias a Dios en nuestro aun hermoso país hay de sobra, eso es vivir, como decía la Madre Teresa de Calcuta: “La vida es un juego, juégalo”. Pues ¡que viva el año nuevo!.

kinotre@hotmail.com


 
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