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el periodico de saltillo
Diciembre 2015
Edición No. 322


La increíble y triste historia de un alcalde de caricatura y un pueblo que todo lo soporta (IV)

Mientras Isidro López Villarreal sigue derramando a manos llenas el, ya de por si raquítico, presupuesto municipal en su sueño loco de convertirse en el próximo gobernador de Coahuila, él y sus asesores preparan el despido de 300 trabajadores del más bajo nivel salarial antes de que finalice el presente año. Aunque en la relación de despedidos se incluirá a algún empleado de nivel medio, el noventa por ciento de los trabajadores que perderán su empleo son los que verdaderamente sacan adelante las tareas básicas en el Ayuntamiento de Saltillo.

Reconocimientos, títulos, diplomas y presidencias, vicepresidencias y copresidencias de agrupaciones “nacionales” fantasmas, que solo sirven para que el alcalde las presuma en todo el estado mediante inserciones pagadas en los medios de comunicación, le cuestan a la ciudad decenas de millones de pesos. De ahí la necesidad del nuevo recorte laboral, pues las participaciones federales y estatales, además de los impuestos y las multas estratosféricas con que castiga al pueblo saltillense, ya resultan insuficientes para la “construcción” de su candidatura.

Por supuesto y como siempre sucede en gobiernos de este corte, entre los despedidos no figurará ningún director o jefe de área impuestos como tales por sus nexos familiares o de amistad con el primer círculo del alcalde. Tampoco se despedirá a ninguno de los choferes, guardias, asesores y edecanes con que cuenta cada uno de ellos. En este sentido, el mejor ejemplo lo constituye el DIF municipal, donde existe toda una corte encabezada por Iván Guerra, que cobija y atiende los deseos de la esposa del presidente municipal, convertida en el poder tras el trono.

De acuerdo con esta “urgente” necesidad de recursos, es que “Chilo” López y su insaciable recaudador de dinero público Adrián Ortiz ya tienen preparado el aparato recaudatorio municipal con el propósito de empezar a recibir el alud de dinero que, proveniente de los bolsillos del pueblo mas humilde, fluirá con el pago del impuesto predial. Como de costumbre, los ricos terratenientes urbanos de la ciudad, llegarán a un acuerdo con la autoridad que les permita evadir o minimizar sus contribuciones.

Aquí es importante subrayar que a partir del ya cercano 2016, los saltillenses estarán pagando el impuesto predial con un incremento del 12.5 por ciento, como resultado de las negociaciones que hizo el alcalde con algunos diputados del Congreso local para poder aumentar este impuesto, a cambio de rebajar el monto de las fotomultas, lo, cual constituyó toda una burla para los legisladores, pues Isidro y su tesorero ya habían decidido disminuirlas ante la indignación que causaron entre la sociedad.

En este marco, hace unos días López Villarreal presentó su segundo informe de gobierno. En el evento, realizado en el teatro de la ciudad que llenaron de acarreados de las colonias populares y controlados por las lideresas panistas, los asesores del alcalde lo dejaron hablar muy poco y recurrieron al ya gastado truco de utilizar la mayor cantidad posible de imágenes y audio para no dejar margen a los habituales errores, en fondo y forma, del edil saltillense. Nada que destacar, salvo la rechifla y las mentadas de madre que recibió el representante del gobernador Moreira en el informe, Jorge Verástegui Saucedo. Por cierto, empleado en el Grupo Industrial Saltillo de la familia López, por más de dos décadas.

Es sumamente preocupante que quien gobierna la capital de Coahuila ya empiece a acusar síntomas inequívocos de cansancio físico y ofuscación mental. Sus enfrentamientos con los periodistas que cubren sus eventos ( ante cuyas preguntas acerca del mando único policíaco que exige la federación para otorgar recursos del Subsemun, Isidro les exige a ellos que le expliquen en que consiste esta figura ), con el secretario de Gobierno del estado, Víctor Zamora y, en general con todo aquel que cuestione su actuación, constituyen señales de alerta sobre la estabilidad que guarda el presidente municipal de Saltillo.

No obstante lo anterior, sus amigos, asesores y familiares incrustados todos en la nómina municipal o como proveedores de bienes y servicios en particular su cónyuge le han hecho creer a Isidro que tiene grandes posibilidades de convertirse en el primer gobernador de oposición en Coahuila. Mientras que, como es su costumbre, el Grupo Torreón del PAN que controlan Guillermo Anaya y Luis Fernando Salazar ya preparan la traición contra Isidro a quién califican entre ellos como “un tonto soñador”.

 

 
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