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el periodico de saltillo
Diciembre 2015
Edición No. 322



¡Que conste,… son reflexiones!

La chamba de Beltrones y el equilibrio

Sócrates A. Campos Lemus.
         
EN TODOS LADOS LOS TIEMPOS POLÍTICOS SE ACELERAN CALENTANDO LAS  DECISIONES DE LA SUCESIÓN GUBERNAMENTAL. Bonita chamba tiene Manlio Fabio Beltrones, sobre todo al saber que no todo depende de lo que el partido determine, no hay duda que el que manda en el país sigue siendo el presidente y por tal motivo, a lo mejor, no nombra pero si veta y en el veto va implícito el nombramiento de las personas de su confianza y no precisamente las que tienen y gozan de la confianza popular, finalmente, ellos saben que la fuerza de la publicidad política hace a unos buenos y a otros malos y que todo depende de la cantidad de dinero que se invierta en las campañas; los grupos internos en los estados saben que tienen  un precio o un puesto y con ello calman cualquier insubordinación en su contra. No es lo mismo lo que ha sucedido en Nuevo León, donde las fuerzas políticas generaron una indignación brutal en su contra y es así que puede subir un candidato independiente luchando precisamente en contra de los medios de comunicación y es que en Nuevo León, los medios de comunicación no gozaban de credibilidad y el nivel económico y educativo es diferente a lo que sufrimos en otras parte del país.

Manlio Fabio Beltrones es un hombre de carácter y de fuerza, experimentado en las lides políticas a nivel nacional, pero él sabe que la fuerza y la determinación de un presidente es vital para el juego político del PRI y así se impondrán, en muchos casos, las simpatías y sociedades o complicidades a nivel presidencial antes que las simpatías y el valor que se le otorguen los grupos y los ciudadanos a cualquiera de los candidatos impuesto por el presidente y a esto es a lo que juegan muchos de ellos por su cercanía con el presidente o con su cercanía con la televisión y sus socios en la comunicación.

Por tal motivo, contaré una pequeña historia del budismo Zen: cuentan que un día los monjes se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y buscaron un sustituto. El Gran Maestro convocó a los monjes para determinar quién sería el nuevo centinela, señalando con mucha calma y tranquilidad: “Asumirá el puesto el primer monje que resuelva el problema que voy a presentar: entonces colocó sobre una preciosa mesita un jarrón de fina porcelana con un diseño de gran gusto y valor con varias rosas amarillas de gran belleza en él. Y dijo: Aquí está el problema, señalando directamente al precioso jarrón.
         
Todos los monjes quedaron asombrados mirando aquella belleza: un jarrón de gran valor, con maravillosas flores en su interior. ¿Qué representaría? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma encerrado detrás de todo esto? ¿Dónde estaba el problema?

En ese instante, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro y a sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y blandiendo la espada, destruyó todo de un solo golpe, la escena resultó impresionante.

Tan pronto como el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo con voz contundente: “Usted será el nuevo Guardián del monasterio”. ¿Cuál era la razón?

No importa cuál sea el problema. Ni que sea algo lindísimo. Si ves un problema, precisa ser eliminado. Un problema es un problema, y como tal, es un imperativo categórico eliminarlo. No importa que se trate de una mujer sensacional y atractiva, o de un hombre maravilloso y seductor, amigo de uno o cercano colaborador, o de un gran amor que se acabó. Por más lindo que sea o haya sido, si ya no existe más sentido para él en tu vida, tiene que ser suprimido. Vale más pensar en el todo que en una de las partes, y no estar cargando, como muchas personas, el peso de cosas que fueron importantes en el pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes.

El espacio es importante para crear vida. Cuando tu vaso está muy lleno y debes de tomar agua o vino, primeramente, debes vaciarlo para poder llenarlo de nuevo líquido y entonces poder beber algo bueno y nuevo. Por lo que hay que limpiar la vida y eliminar incluso a los seres cercanos que solamente ocupan un lugar para sacarle provecho a tu cercanía, pero no para servir a los demás.

Es aquí donde se encuentra, en la actualidad, el dilema del presidente, aceptar a los mejores o imponer a sus cercanos. A lo mejor, al imponer a los que nadie quiere, puede desatar violentas manifestaciones y con ello aumentar su desprestigio a pesar de los beneficios económicos momentáneos que pueda obtener. El poder es para conservarlo y acrecentarlo no para gastarlo en caprichos y actos emocionales. Se escoge a los mejores no a los cercanos y amigos. Solamente si ellos cumplen con ser mejores y tienen vocación de servicio, no la ambición de la riqueza.

La vida debe de tener contrapesos que nos hagan recapacitar sobre las acciones a generar. Si solamente creemos que lo bueno es lo que nosotros pensamos y no vemos lo que piensan y quieren los demás, generamos nudos que jamás se resolverán por el buen camino, sino por la violencia institucional o general… y entonces sí, lo jodimos todo.


 
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