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el periodico de saltillo
Agosto 2015
Edición No. 318



Trasparente Opacidad
(Primera parte)

Lisandro Peña Salinas.

La actual administración estatal en Coahuila enarbola como una de sus principales banderas la “Trasparencia y Rendición de Cuentas”, con este discurso pretende alejar las suspicacias que toda administración pública genera entre la población en lo relacionado al manejo honesto del erario público, sin embargo en Coahuila eso está lejos de lograrse ante todo por la falta de congruencia entre el decir y el hacer, basta tomar como ejemplo la flamante Secretaría de Cultura.

La Secretaría de Cultura, creada en 2011 al inicio de la actual gestión gubernamental, generó en el medio artístico coahuilense altas expectativas para el desarrollo de un proyecto de alto calado, se elevó la cultura de ser un instituto hasta el nivel de secretaría, lo que significaba una revaloración de la actividad cultural como un elemento de importancia en el contexto de la administración pública del Estado.

Para su conducción, se llamó a una promotora cultural con experiencia en el antiguo Icocult y en instancias de cultura federal, Ana Sofía García Camil, que se desempeñaba al momento de su designación como directora del Museo Regional del INAH en Torreón, su origen lagunero aportó también algo al equilibrio de la cuota de funcionarios de alto nivel provenientes de esa región en una administración priista que sufrió las penas para lograr el voto en esa también políticamente complicada región del estado de Coahuila.

García Camil llegó con un séquito de laguneros que generó cierto malestar en los posicionados promotores de cultura saltillenses, que hasta esa fecha detentaban la cultura como una posesión y posición incompartible de grupo, pero mientras las miradas se enfocaban a la crítica al grupo de laguneros, Johnatan Sandoval, un oscuro burócrata de tercer nivel en la administración anterior del área del SATEC, pero protegido por un familiar de primer nivel de la titular y por un funcionario muy cercano a Rubén Moreira, poco a poco se empoderó al interior de la SEC desde la dirección administrativa, proceso en el que contó con la total complacencia de García Camil.

Este posicionamiento lo convirtió en poco tiempo en el personaje que decide y maneja a su antojo el presupuesto de la SEC, cualquier decisión sobre recursos debe ser consultada con Sandoval, “en cuestión de dinero, ni la secretaria puede opinar” se escucha entre gente cercana a la secretaría; su decisión es determinante lo mismo en la aplicación de recursos en actividades o el sueldo de cualquier puesto; este hecho ha llegado a extremo tal que el área de administración se convirtió en un poderoso aparato de más de 50 empleados, grupo que acata y ejecuta disciplinadamente todas las órdenes de Sandoval, esto con la extraña tolerancia por parte de la Secretaría de Finanzas que autoriza dichas plazas, un exagerado aparato administrativo en la instancia que se dedica a la promoción de la cultura.

Este numeroso contingente que conforma el área administrativa se encarga de cubrir las evidentes anomalías que existen en el ejercicio de control, destino y registro de los recursos públicos que se aplican a cultura, en el que solo los miembros de un compacto grupo comandado por Sandoval, con aficiones comunes, socios en negocios dedicados a la organización de eventos son los ejecutores y beneficiarios de los evidentes desvíos de dinero que se realizan mediante prácticas como: uso de prestanombres, asignación de contratos a familiares, cotizaciones apócrifas para otorgar contratos a socios o amigos a precios elevados, o empresas que lo mismo rentan equipo especializado para espectáculos, que autos, que proveen servicio de banquetes o se convierten en contratistas para obras requeridas por la infraestructura cultural del estado .

Ante tanta anomalía es inconcebible que SEFIR o las instancias de fiscalización estatales y federales responsables de la vigilancia de la aplicación transparente de recursos públicos no detecten lo que para todo mundo es conocido, si realmente realizaran su trabajo advertirían de inmediato las múltiples desviaciones a las normas administrativas y contables. Existen claros ejemplos en el manejo de los recursos que se dicen aplicar a la infraestructura cultural, en donde los daños por la falta de mantenimiento son evidentes, casas de cultura, teatros, museos y las propias instalaciones de la SEC muestran un grave deterioro, a pesar del recurso que se reporta como aplicado a este rubro.

El poder en el área administrativa de la SEC lo ejercen solo cinco personas: el propio Johnatan Sandoval como cabeza; Rafael Ramos quién se encarga del manejo de viáticos, transporte y hoteles; Víctor Rumayor, responsable de la logística en el Estado, alimentos, renta de vehículos, elaboración de escenarios, etc.; María Carreón, que maneja las adquisiciones y Miguel López, que controla el área de activos, de informática, de construcciones así como los fondos federales en donde es escandaloso el manejo que se hace de estos recursos, comentario común externado por propios y extraños a la SEC, se paga selectivamente a determinados proveedores o artistas, relegándose la liquidación para quienes no son de la complacencia de Sandoval no obstante que son recursos federales etiquetados que ya están en poder de la SEC.

¿Cuánto se debe de los recursos que provienen de la federación y que ya fueron entregados a la SEC?, ¿qué cantidad aporta a la secretaría el Gobierno del Estado y qué porcentaje de este recurso se aplica directamente a las actividades culturales y cuanto a la administración?, ¿cuánto se gasta en boletos de avión, hoteles y alimentos de Sandoval y de su grupo cercano en eventos realizados en el país y cuál es la justificación para esos viajes en los que Johnatan solo funge como compañía o edecán de la secretaria de cultura?, ¿cómo se justifica que en días laborales previos a las vacaciones de verano y con pleno conocimiento de García Camil, el grupo privilegiado de administradores realizaron una despedida de soltero en Los Cabos para Víctor Rumayor, quien próximamente contraerá matrimonio con la hermana de Sandoval?

Como se puede apreciar, la única trasparencia existente en la Secretaría de Cultura es la que muestra los evidentes desvíos de los recursos que se le otorgan, esto con la anuencia de García Camil y la complacencia de las instancias de fiscalización estatales y federales de todo nivel, que presumiblemente deben vigilar el uso y manejo de los recursos públicos. Habrá que analizar también al detalle la gran farsa y fracaso del programa de fomento a la lectura en el estado, así como la descarada y millonaria desviación de recursos sin resultados en el Festival de la Palabra y el Encuentro Internacional de Poetas, con beneficios económicos para unos cuantos; pero eso lo haremos en otra nota.

 

 
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