 ¿Y el salario mínimo?
Fidencio Treviño Maldonado.
Entre costumbres y usos en el país, perduran sólo los que al clan que nos gobierna les conviene, y entre ellos está el llamado salario mínimo, que a la fecha subsiste como un símbolo y representa la perversidad de los empresarios y mandamás del país. El salario mínimo, por citar el que a la fecha (mayo 2014) está vigente es de 61.35 pesos por 8 horas de trabajo, cosa que se antoja ridículo comparado no sólo con otros países, que la verdad no es nada, sino con los salarios de miles de políticos y funcionarios públicos, ante esto el salario mínimo decretado para un simple peón u obrero queda pulverizado.
Para muchos encumbrados funcionarios y recuas que les acompañan, el salario mínimo se lo pasan por donde Chila se pasa el peine, ya que ellos aparte del salario de espanto que ganan, también reciben pensión muy alta en comparación de un obrero, campesino o simple trabajador.
Es una vergüenza lo que pasa en este país, y sobre todo los salarios que cada grupo político se adjudica, por citar algunos: Senadores, Diputados, Gobernadores y algunos Presidentes municipales, salarios que van desde más de 50 salarios mínimos por día, hasta 150 o más salarios mínimos diarios en los más descarados y gallones, como el caso de los del INE (antes el IFE), los de la Suprema Corte de Justicia, y sino cree sólo vea, los trabajadores -si se les puede llamar así- del INE al día ganan 11,346.00 pesos ($ 367.000.00 al mes), los del SCJN están un poquito más arriba y gana hasta 600 mil pesos, y eso mismo se llevarán de pensión.
Los Senadores y Diputados federales contando prebendas, dietas y otros bonos ganan unos 60 salarios mínimos al día y la cuenta sigue. Este país que se dice democrático es la nación del disfraz, la simulación es la rasante y la que pulula en el entorno de la risa que dicen los analistas está presente en la gente pobre y miserable, en donde un obrero o campesino que construyó el país, que se rajaron la madre para sacar a la nación del atolladero, estos hombres que una vez creyeron en México, ahora la mayoría viven en la inopia, despatriados y despojados de sus tierras e identidad, ellos tienen miles de trabas para cobrar una miserable y vergonzosa pensión de 1,200.00 pesos mensuales, o recibir cada dos meses -previa identificación y muchos comprobantes y grueso gajo de papeles y carpetas- una limosna de $ 1,670.00 algunos, otros sólo 500 pesos de ayuda a los adultos de 70 o más años .
Así está la cosa, es decir en este aun vasto, rico y hermoso país la pensión, los salarios bajos y mínimos son para los descastados, para los miserables, para los de abajo, para los que aun la revolución y ninguna institución les ha hecho justicia.
Así que señores de la cúpula, los ganones de todas las licitaciones que hay en el país, los dueños de los monopolios de la nación como son PEMEX y CFE, no mientan, no se hagan pendejos, porque el país es de ustedes y es tiempo aun que el pueblo no recibe ni siquiera migajas, no hay empleo, sus cifras están disfrazadas, los disparos, la sangre y la mafias del crimen están presentes, la droga sigue circulando, los desaparecidos en el país ya rebasan la cifra que tuvo Chile, Argentina, Uruguay en los tiempos de los gobiernos gorilatos ¿Tonces de qué estamos hablando...?
Señores que mandan y dueños del país, según ustedes van a terminar con el hambre y, mientras con sus salarios de espanto ya terminaron al menos con él en sus familias, pero como dice el INEGI, los pobres y miserables del país siempre están sonriendo y son felices. Asì que no se apuren mucho, si el país ha resistido más de 200 años de la Conquista, 100 de la Independencia y reformas, 35 años de Porfirio Díaz, 15 de la revolución, 70 con el PRI, 12 con el PAN y a la fecha 10 años de balazos y más de 100,000 muertos y desaparecidos.
Nuestro país tiene uno de los primeros lugares con periodistas asesinados y desaparecidos, mientras en educación estamos en los últimos lugares, en servicios de salud en el tercer mundo, en corrupción somos subcampeones. Entonces, resumiendo toda esta mierda, podemos esperar un poco a que las cosas se compongan y como sofisma de risa, medio emparejar los salarios mínimos... ¡No te acabes México!
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