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el periodico de saltillo
Junio 2014, No. 304


Mis sexenios (74)

José Guadalupe Robledo Guerrero.

Segunda etapa del sexenio enriquista

En mayo de 2002, entrevisté para El Periódico... a mi estimado amigo Mariano López Mercado, aquel que fuera obligado a renunciar a la alcaldía de Torreón, a raíz de las protestas y desplegados de un grupo de derecha que apoyaba la pareja gubernamental de Rogelio Montemayor y Lucrecia Solano. El membrete de ese grupo era “Mujeres por Torreón”, y fue asesorado por panistas disfrazados de priistas como Germán Froto Madariaga, e integrado por mujeres panistas de la clase alta como las familiares del “muerto de hambre” de Luis Fernando Salazar Fernández, ahora disfrazado de senador de la república.

Mariano era hijo del ex secretario de Marina y ex gobernador de Coahuila, Rául López Sánchez, el último coahuilense con verdaderas posibilidades presidenciales. López Mercado era un político culto y amable. Mariano fue en Coahuila el primer coahuilense que sufrió en carne propia los embates del neoliberalismo salinista que implementó en nuestro estado “El Hermano Lelo”, como le decían los enriquistas a RMS.

López Mercado se había involucrado en la contienda por el liderazgo del PRI nacional, en la que ganó Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, fórmula a la que apoyó Mariano. De eso hablamos en aquella entrevista.

Para Mariano López: “El compromiso de Madrazo es devolverle el partido a las bases”, pues consideraba que su partido, el PRI, había sido secuestrado por un grupo de derecha, relacionado con todos los males de México, que años después se hicieron públicos en lo que se llamó “la guerra de Calderón contra los narcotraficantes”.

López Mercado aseguró: “Madrazo tiene la última oportunidad de recomponer al Partido” “Se debe fortalecer al PRI, fortaleciendo a la base priista”. Y criticó: “Han llegado a dirigir al PRI gente con antecedentes panistas”. Mariano sabía que los “priistas empanizados” no solamente habían dirigido al PRI, sino también el país.

Carlos Salinas de Gortari, “El Señor de las Concertacesiones”, fue el Presidente que instauró finalmente el neoliberalismo en México, y el gobernador de Coahuila, Rogelio Montemayor, era el principal representante del neoliberalismo en los estados. Óscar Flores Tapia afirmaba que los padres de Montemayor eran panistas militantes, sobre todo “El Borrado” como llamaba OFT al padre de Montemayor.

Mariano era un convencido priista, tal vez por eso nunca pensó que el PRI en el que militaba ya no era el mismo, Salinas lo había cambiado, erradicando de sus principios la justicia social, el reparto equitativo de la riqueza y el nacionalismo revolucionario que todavía enarbolaba un importante grupo de priistas, que como Mariano, pedían el retorno del PRI a la ideología social.

En base a la creencia de que el PRI retornaría a sus principios sociales, en la entrevista López Mercado prometió: “El PRI se opondrá a cualquier reforma que afecte a los trabajadores”. Qué lejos estaba Mariano de pensar que el PRI, con el apoyo comprado del PAN, PRD y demás partidos, le regalaría a las transnacionales petroleras y mineras el petróleo, el gas, el oro, la plata y otros metales, además de concesionarles la mitad del país. El PRI les regaló las riquezas que quedaron en México, luego del saqueo de 500 años de que han hecho objeto a nuestro país.

Finalmente, Mariano López nos confío su máximo deseo: “Aspiro a que el PRI no sea refugio de arribistas”. En su larga trayectoria política de 40 años, López Marcado había ocupado en Coahuila “Todos los cargos que se pueden ocupar, salvo el de senador y el de gobernador”.

Como Coahuila siempre está metida en un proceso electorero, por aquel entonces estaban próximas las elecciones para alcaldes de los 38 municipios. Y aprovechando el circo, el protector de pederastas y obispo de Saltillo, Raúl Vera López, se incorporó al coro de sus iguales, la jerarquía católica, y comenzó a exigir que se aclarara el asesinato del cardenal de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo, quien fuera muerto en el estacionamiento del aeropuerto de Guadalajara por las balas de narcotraficantes, según la PGR “porque lo confundieron”, otras versiones hablaban de “ajusticiamiento”, porque Posadas Ocampo ya no quiso recibir el dinero que le regalaban los narcotraficantes jalicienses, y había amenazado al delegado y nuncio Girolamo Prigione con decírselo al Papa.

Por su parte, Prigione que también estuvo en el aeropuerto cuando asesinaron a Posadas, inmediatamente invitó a la nunciatura a los narcotraficantes acusados del asesinato de Posadas, los hermanos Arellano Félix, para deslindarlos de toda responsabilidad en la muerte del Cardenal, sin dar más datos, porque debía guardar el secreto de confesión. A pesar de que el asesinato fue en 1993, la jerarquía católica de México, siempre saca a relucir el crimen de Posadas, para chantajear al gobierno mexicano.

A principios de 2002, en febrero para ser precisos, la revista Milenio publicó una bien documentada investigación realizada por la periodista Enidh Álvarez Soberanis, en donde revelaba, entre otras cosas, que: “Alianza Cívica, la Organización No Gubernamental presidida por Sergio Aguayo, recibió entre 1994 y 2000, un millón 137,174 dólares de parte de la Fundación Nacional para la Democracia (NED por sus siglas en inglés), que de acuerdo con Philip Agee (ex agente de la CIA) y del influyente diario New York Times, tiene nexos con la CIA, y recibe el 90 por ciento de su financiamiento del Congreso estadounidense.

Tiempo después, en una entrevista periodís- tica, Sergio Aguayo reconoció haber sido financiado por la NED, pero negó que ésta tuviera nexos con la CIA, y agregó que en todo caso “no era una decisión personal, sino una decisión colectiva”.

Por otro lado, un reportaje de primera plana de The New Times, fechado el 31 de marzo de 1997, revela que la Fundación Nacional para la Democracia, creada 15 años antes para hacer abierto lo que la CIA hacía en lo oscuro, y gasta anualmente 30 millones de dólares, para apoyar partidos, sindicatos, movimientos disidentes y medios de comunicación en decenas de países.

En declaraciones de Bob Dole, líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta de Estados Unidos: “La NED continúa gozando de un amplio apoyo bipartidista en el Senado estadounidenase, porque sus actividades sirven a los intereses de Estados Unidos y reflejan sus valores”.

Asimismo, ex consejeros de Seguridad Nacional como Richard Allen, Frank Carlucci y Zbigniew Brzezinski coincidieron en que la NED “Es una inversión crítica y de costo relativamente bajo para lograr una América (Estados Unidos) más segura”.

De los informes anuales de la NED se desprende que también se han beneficiado con sus recursos otras organizaciones mexicanas como la CTM y la Coparmex.

En el ensayo titulado “La Fundación Nacional para la Democracia (NED): Una rama que creció torcida”, cuyo autor es Primitivo Rodríguez Oceguera, ex integrante de Alianza Cívica, detalla la relación de la NED con el gobierno de Estados Unidos, el Departamento de Estado Norteamericano y el aparato de inteligencia estadounidense, de sus operaciones de interven- ción en Centroamérica y otros países, y de los canales que utiliza la NED para repartir el dinero: sindicatos, organizaciones empresariales, partidos políticos, medios de comunicación, etc.

Dos años después, agrega Primitivo Rodríguez, se publicó el libro de Joshua Muravchik titulado: “Exportando la democracia. Cumplien- do el destino de América”, y en el capítulo dedicado a la NED, el autor relata los intentos que hizo el gobierno estadounidense para crear una agencia que no dependiera directamente del gobierno, recibiera su presupuesto de las arcas públicas, actuara fuera de la clandestinidad y liberara a la CIA de operaciones ocultas que podrían facilmente ser descubiertas. De acuerdo con Muravchik, esta idea se hizo realidad en 1983 con la creación de la NED.

Por otra parte, los “demócratas” derechistas en el extranjero aceptarían su patrocinio, pues podrían argumentar en caso que los recursos fueran cuestionados, que no recibían dinero del gobierno extranjero.

El ex agente de la CIA, Philip Agee, en un congreso al que fue invitado a principios de los 90, aseguró: “En los ochenta, en Nicaragua y El Salvador, Estados Unidos exportó su ‘democracia’ a través de la Fundación Nacional para la Democracia.”

Por último, para que no queden dudas, el dirigente de Alianza Cívica, Sergio Aguayo Quesada, autor de “La Charola” (Una investiga- ción especial sobre la Dirección Federal de Seguridad y el Cisen), no sólo ha recibido financiamiento de dicha fundación, sino que forma parte del Comité Directivo del Movimiento Mundial por la Democracia, organismo creado y financiado por la NED.

Ante todo esto, lo único que resta decir, es que los “demócratas” mexicanos al estilo de Alianza Cívica y demás gatos revolcados son los “vendepatrias”, esquiroles y mercenarios al servicio de los intereses de Estados Unidos. Cuanta razón tenía aquel que dijo: “Democracia cuántos crímenes se cometen en tu nombre, y cuántas infamias se escudan en tí”.

Por fortuna en México poco a poco se están cayendo las máscaras y derrumbando las caretas de los verdaderos enemigos del pueblo mexicano.

Con esta mínima información, Salvador Alcázar Aguilar, dirigente de la huelga de los trabajadores de Cinsa-Cifunsa en 1974, ya sabe el por qué Nelly Herrera actúo en los días de huelga como la principal y permanente esquirola y divisionista de aquel movimiento reivindicatorio de los trabajadores asalariados del Grupo Industrial Saltillo (GIS). Desde siempre Nelly ha sido empleada y vocera en Saltillo de Alianza Cívica, organización financiada por la CIA. Nelly Herrera también le sirve al obispado de Saltillo y al PAN, el partido de los López del Bosque.

Tampoco hay duda de los oscuros intereses que defienden esos pequeñísimos seres que se escudan y esconden detrás de ese rimbombante concepto, que ni entienden ni practican: La democracia.

En junio de 2002, llevaba un par de días acampando en el desierto, cuando uno de mis hijos me informa que Jorge Masso Masso había muerto. La noticia me conmocionó, y allá en la soledad silenciosa del desierto recordé a Masso y a la relación amistosa que tuve con él durante años hasta un día cualquiera del 2000, cuando me llamó, como lo hacía constantemente, para platicar.

Como siempre, acudí a su llamado. Ese día lo encontré en la oficina que había instalado en su casa, a un lado de la alberca techada que tenía en su casa del Fraccionamiento Bugambilias. Allí me pidió que me sentara frente a él. No recuerdo quien era el otro que lo acompañaba ¿Su yerno Dante Abramo o Padilla, su empleado de confianza?

Desde que llegué lo vi molesto. Luego de los saludos me dijo: “Hace días fue mi cumpleaños, y sabes lo que me regaló el gobernador, un pastel”, y comenzó a quejarse de la ingratitud de Enrique Martínez. “Ni un cargo, ni un sueldo me dio”, dijo con singular encono.

En verdad creí que estaba bromeando y tomé mi acostumbrada posición, la de abogado del diablo, y le dije: -Usted no necesita de un sueldo, ni de un puesto público. Y molesto me contestó: “Si lo necesito, como muestra de la gratitud de los amigos que apoyé cuando lo necesitaron.”

Masso platicaba que cuando el padre de Enrique Martínez lo corría de la casa, él le daba albergue. “Por esa razón, Enrique vivió en mi casa las veces que lo necesitó, y siempre lo traté como a un hijo”.

Meses antes le había dicho a Dante Abramo, yerno de Masso y padre de Jericó Abramo, que no se expresara mal en público de Enrique Martínez, porque en las mesas de café había muchos “orejas” que luego van y cuentan lo que oyeron. “Y tén la seguridad, le dije a Dante, que van a decir que lo que tú dices lo dice Jorge Masso, y obviamente le van a cargar el muertito”.

Dante no atendió mi sugerencia y continúo expresando exabruptos para EMM, sin importar quién los oyera. Fue entonces cuando decidí decirle a Jorge Masso, para que los dichos de Dante no lo dañaran ante el gobernador. Según Masso, le habló a Dante y lo regañó.

Esos eran los antecedentes de está última plática con don Jorge. Masso Masso estaba muy enojado con EMM, seguramente porque le había quitado el cargo y sueldo de asesor del gobernador, que había disfrutado con Rogelio Montemayor.

Por un rato siguió hablando mal de Enrique Martínez, hasta que le dije, para que se calmara y no hiciera tanto coraje, “Usted no debería decir esas cosas, porque en Coahuila hay “orejas” de gobierno hasta en las paredes”, haciendo alusión al espionaje gubernamental.

Para Masso Masso era grave que un gobernador lo hiciera a un lado, pues sus negocios no avanzaban ni se desarrollaban sin el apoyo gubernamental. Jorge Masso rentaba edificios al gobierno, hacia negocios con terrenos, construía casas para las instituciones gubernamentales que se dedican a la vivienda. Por eso no le convenía hablar mal del tomador de decisiones, y como amigo se lo dije.

Masso no entendió mi preocupación, su ira contra Enrique lo cegaba, y me dijo: “No sabía que tú ibas a decírselo”. Hasta ese momento le guardé respeto. Me levanté de la silla, le dije que se equivocaba conmigo, no me acuerdo si lo mandé a la chingada o le menté la madre y me salí.

Luego que Masso analizó el asunto, me habló varias veces, pero nunca respondí. La última vez que me habló por teléfono fueron meses antes que falleciera. Alguna vez me envío un mensaje con un conocido mutuo, diciéndome que había sido una mala interpretación mía, que estaba bromeando, como seguido lo hacía, que cuando se me pasara el coraje fuera para seguir platicando y disfrutar de una comida árabe. Nunca más volví a verlo, pero continúe recordándolo. Y a decir verdad, estoy seguro que no era su intención ofenderme, pero me lo dijo en un momento de coraje.

Aquel día en el desierto me acordé mucho de Jorge Masso Masso, oré y le pedí a mi Divinidad por su alma y descanso en paz...

(Continuará).
Segunda etapa del sexenio enriquista...

robledo_jgr@hotmail.com

 
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