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el periodico de saltillo
Edición No. 299, enero 2014


Los municipios de Coahuila:
Ejercicios de respuesta y responsabilidad social

Luis Fernando Hernández González.

“El ciudadano tiene la facultad de tomar decisiones en el ámbito público,
es el motor de la vida colectiva”.
IFE

 

El primer interés que tienen los ciudadanos en su contacto con la vida social está frente a la misma sociedad, su estado de derecho y posteriormente ante a la autoridad comunitaria o municipal, situación que obliga a los habitantes de toda colectividad a tener un conjunto de apreciaciones, valores, comportamientos y participaciones de orden habitual, en ello se conjuga la fuerza social por incidir de manera determinante sobre aquellos factores que se persiguen regularmente que no son otros más que aquellos que motivan a la mejoría y a la superación del conjunto social, en cada uno de los contextos de su vida y calidad superior de la misma.

Por eso decimos que la ciudadanía moderna es, al mismo tiempo, una condición de estatus: es un concepto legal, un ideal político igualitario y una referencia emocional, siendo estos los criterios de pertenencia e identidad en la medida que todos como ciudadanos formamos parte de una amplia comunidad política.

Quedan por supuesto en el pasado las frases insubstanciales y banales; “aquello que yo soy de los buenos y aquellos son los malos”, la responsabilidad para cada uno de quienes encabezan su municipio es única e insustituible, al ser sólo ellos, los comprometidos de guiar los destinos de la comunidad a mejores puertos y realizaciones superiores en función del éxito colectivo, en que se sintetiza cada una de las tareas que representan los requerimientos de la población.

Ser presidente o alcaldesa municipal, es salir de la privacidad de una vida cómoda y tranquila, para convertirse en una vida social y combinada de la mayor responsabilidad en la conducción de toda una colectividad, en donde los mejores momentos de relajamiento ya no estarán en función de la ocurrencia o el halago placentero al oído.

Sino más bien en el quehacer público, de pendientes y desvelos, planes, programas, obras, servicios y administración que son en conjunto las respuestas que los ciudadanos de cada municipio y comunidad esperan de quien ejerce la autoridad confiada; en donde cada una de las variables públicas trascurran con atención, a la vez que con armonía e igualmente proyecten a la sociedad en su eficiente crecimiento en cada uno de los aspectos fundamentales de su dinámica social integradora, sea éste el aspecto económico, el político, el social, el cultural, los servicios, el recreativo, el urbanístico y el de mayor integración social entre los distintos sectores sociales que conforman nuestro mosaico étnico y social, en donde los niños, los jóvenes, los adultos, las mujeres y los hombres, crezcan y vivan en confianza y dignidad, bajo una atención que les convoque y conduzca a una actitud de bienestar y de superación en todas las perspectivas, éstas son entre otras las funciones y responsabilidades que una autoridad municipal debe de atender frente a su sociedad que busca desarrollarse y crecer.

Los alcaldes que ahora asumen su compromiso, llegan a su primer desafío en esta temporada de inicio de año 2014, pues bien dispusieron de más de cinco meses ulteriores a su elección para visualizar proyectos, compromisos, trámites y planes para concretarse ofertas de obras y servicios, bajo los cuales emprender su gestión de gobierno; más la realidad de hoy, a algunos de ellos los alcanza para demostrar su contextura de poca responsabilidad y escaso arranque para hacer las cosas, cuando apenas piensan en metodologías operativas para iniciar cada una de sus tareas, esperando asesorías de familia, extraños y hasta del mismo cadí que recomienda cúal palo utilizar, el mismo que pinta en azul las letras de Saltillo que estaban en color rojo.

En ello estriba su visión de responsabilidad pública, al no haber ocupado este espacio de tiempo, bajo el cual debieron haberse organizado y planeado la apertura de su ejercicio de autoridad. Vemos los coahuilenses en cambio que otros sí previeron su compromiso, ocuparon su tiempo para revisar encargos, generar proyectos y atender las necesidades de mayor urgencia, para así arrancar obras que les den significado y perfil de sus responsabilidades para los próximos años, con el inicio de trabajo al frente de sus municipios en estos primeros 100 días.

Después de esto sólo le recuerde usted, que los primeros mensajes de ordenación y prestancia laboral, vienen también a constituir la pauta para definir la personalidad de quien encabeza a toda una colectividad municipal, en donde la gente de cada lugar demanda de respuestas y no de buenas intenciones, de acciones públicas que vengan a buscar satisfacer necesidades y a resolver problemas, con precisión y contundencia, como alternativa del cambio de administración municipal.

Afuera deben de quedar los mimetismos, los cofrades, la consanguinidad sectaria y agregue usted a los petulantes que se consideran hoy en día una casta notable, frente al resto de la población en la cual se encuentra la inmensa mayoría del pueblo.

lfhg30@yahoo.com.mx

 
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