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el periodico de saltillo
Edición No. 299, enero 2014


Los buenos deseos y los indios de Chiapas

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Nuestros buenos deseos de fin de año, por nuestra pusilanimidad
se dejan al olvido y se frustran *Los indígenas de Chiapas en
cambio, gracias a sus acciones, le han dado forma a sus anhelos.




Todos los fines de año la mayoría de las personas se llenan de buenos deseos para mejorar las condiciones de vida de ellos y los suyos, los laguneros no somos la excepción, apuntamos nuestros deseos para no olvidar cambiar nuestras malas costumbres a mejores. ¡Sí!... a cambiar para ser mejores, pero llega el 1º de enero, el 2 y el tres, ¿y qué pasa? La abulia, la pasmosa cotidianeidad, el sin fin de problemas nos vuelve a cobijar y seguimos siendo los mismos olvidadizos, comodinos, y en otras muchas veces convenencieros y pusilánimes. Y así llegamos al próximo fin de año, al otro y al otro, y nada hacemos por los nuestros ni por nosotros, y menos por los que no tienen voz ni nada, los que carecen de todo, y siempre dejamos en manos de otros la resolución de nuestros problemas; ese es y ha sido siempre el por qué nuestro destino es incierto, o, ciertamente precario, y no es por falta de ideas sino de acciones, y por ello las cosas han ido de mal en peor.

Hace 20 años los indígenas de Chiapas redescubrieron lo que ya sabían bien desde hace casi 500 años, que los otros, a los que les dejaron la tarea de resolver sus problemas, los que dicen que los gobiernan, también tienen ideas y las renuevan cada fin de año con buenos deseos para ellos y los suyos; lo curioso y grave del asunto es que ellos, los del gobierno, siempre llevan a cabo la cristalización de sus ideas, cada día les va mejor, ganan más y trabajan menos; ellos, sus hijos y nietos, disfrutan opíparamente sus sobremesas, tienen de más y les sobra de todo, sin embargo otros, los indios, cada día tienen menos de todo y carecen aún de lo más elemental para su supervivencia, al igual que el año pasado, y el antepasado y todos los anteriores, pero hace veinte años no solo redescubrieron lo que ya sabían ellos y sus ancestros, y el fin del año, de hace 4 lustros, llevaron sus ideas a los hechos, dejando la abulia en el baúl del olvido, tomaron las armas y fueron a San Cristóbal y a otros comunidades de Chiapas, a matar a sus opresores y a que estos los mataran; así, matando y muriendo, le dieron forma a sus buenos deseos que cada año tenía.

Tomaron preso al mayor de sus opresores del momento, el general Absalón Castellanos, mataron y murieron muchos de ellos y le pusieron precio a sus anhelos que creían perdidos y al desprecio de sus opresores, los del PRI. Hoy veinte años después, y luego de la traición que les plantó en cara Ernesto Zedillo Ponce de León en San Andrés Larrainzar, las cosas al parecer no han cambiado tanto, los coletos –mestizos- batallan más para oprimirlos, los mantienen aliados, cercados por el ejército, y siguen teniendo ciertamente muchas carencias, pero han ganado tanto que nuestra imaginación apenas lo puede entender. Ganaron dignidad y respeto, ya no hay ningún mestizo que se atreva a bajarlos de la banqueta cuando se cruzan en ella; se recuperaron a sí mismos, progresan y se desarrollan despacio pero dignamente, su gobierno son ellos, se sacudieron la caterva de vividores del PRI que les exprimían el alma y el cuerpo, ahora ellos son los que están a la caza de los coletos del PRI, del PAN y el PRD, los que pronto sucumbirán ahogados en sus propias miasmas, las de su propia corrupción en impunidad, el tiempo lo está demostrando.

Hoy a veinte años de esa osadía que los ha dignificado ante el mundo, ante los mexicanos y ante ellos mismos, lo malévola inutilidad del PRI y el PAN ha quedado al descubierto, y los coletos, nosotros los mestizos, tardamos veinte años en darnos cuenta el por qué ellos se levantaron en armas contra Carlos Salinas, el que hoy por medio de su títere Enrique Peña Nieto, ha vendido a la patria tal y como lo empezó a hacer con el TLC, en su fraudulento e ilegítimo sexenio, “reformó” el artículo 27 de la Constitución para despojar a los campesinos de sus tierras, y hoy con las contra reformas de los artículos 25, 27 y 28 nos han despojado a todos los mexicanos de los energéticos, pero no olvidemos que la riqueza máxima del país somos nosotros los ciudadanos mexicanos, y que esta riqueza suprema nacional, también está en la lista de la desnacionalización con las modificaciones que han hecho a nuestra Carta Magna en cuestiones laborales y de educación, por todo esto, estimado lector, ¿no crees que algo debemos hacer para cristalizar los buenos deseos que cada años nos vienen a la mente y que por abulia y pusilanimidad, los dejamos para el año entrante? O, ¿tú qué opinas al respecto estimable lector?

ah.pd@hotmail.com

 
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