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el periodico de saltillo
Abril 2014, No. 302


La mentira


Profesor Evaristo Velasco Álvarez


Con toda seguridad podemos decir que la mentira, aún la que se considere más piadosa y mínima, nunca será algo que se acepte en ningún lado; más aún, en todo el mundo se establece que la mentira es una de las actividades o realizaciones más nefastas de la humanidad, y que sus efectos son incalculablemente dañinos, porque no sabemos ni sabremos nunca hasta donde lleguen o llegarán los efectos de la mentira.

Si lanzo una piedra o lanzo un puño de arena, tal vez pueda recoger la piedra y todas las arenas que fueron lanzadas, pero los efectos que estas causaron no podré remediarlos. En cada lugar que cayeron la piedra o las arenas, su huella se marcó, el espacio se modificó en cierta medida. Lo ideal fuese que la modificación causada auxiliara al ambiente, pero es algo que no podemos saber, y lo más seguro es que en lugar de ayudar perjudique.

Ahora bien, si la piedra o el puñado de arena los lanzamos al agua de un estanque, poder recoger la piedra o las arenas es una tarea tan difícil que raya en lo imposible. Porque puede ser que algún pez o algún otro animal se dañen con el golpe que aquellos causen, o tal vez se los traguen y será todavía más difícil encontrarlas.

Así mismo, al lanzar una mentira, no sabremos nunca el posible alcance y las afectaciones que cause. Pero lo peor será que nosotros habremos causado tal vez desavenencias o perjuicios entre personas, que no podremos remediar; primero porque tal vez ni nos demos cuenta de ello, segundo porque uno de los deterioros mayores que las mentiras provocan es la mala imagen o la desfigurización de la misma con los demás.

La mentira no tiene justificación. No es algo que sea aceptado en ninguna agrupación social como algo que enaltezca a quien la promueve. Por el contrario, una persona mentirosa es muy mal vista en cualquier parte del mundo y en cualquier agrupación humana. Además, decir la mentira es casi equivalente a no decir la verdad, porque no decir la verdad por alguien que prefiere guardársela para fines personales, de alguna manera está mintiendo.

Ser verás, ser correcto y honesto, son atributos que todos los hombres de todos los países aprecian y felicitan. Los mexicanos no somos la excepción, ni queremos serla; por ello, desde esta tribuna, hago votos porque todos los mexicanos seamos enemigos de la mentira y practicantes de la verdad. Hagamos ¡Que viva México!

velasco_alvarez@yahoo.com

 
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