El agua sucia se lava en casa y
ya limpia se queda en casa

Apolinar Rodríguez Rocha.

Un verdadero despojo a las aguas de la cuenca Saltillo-Ramos Arizpe, a los usuarios del agua y personas que tienen sus propios pozos de agua en este acuífero, cualquiera que sea el uso.

Mucho se habla por la presidencia Municipal de Saltillo, de la venta de aguas tratadas, para las minas de Zacatecas, presumen que traerá beneficios económicos, más lo que nunca dicen es que una cuenca es una especie de vaso de agua que se vacía con las extracciones de los pozos profundos y aforos naturales.

La recarga de estos vasos es a través de la filtración del agua del suelo al subsuelo hasta el vaso, el suelo es semejante a un filtro que purifica el agua, generalmente de lluvia y que se trasmina al subsuelo, incluso las aguas de desecho del uso humano, de tal forma que el nivel de los acuíferos depende del ciclo del agua, extracción, filtración.

Cuando de un vaso de estas aguas se trasfiere a otro, la pérdida del nivel del acuífero y de recuperación del manto freático se pierde, y así la sustentabilidad de la explotación está en riesgo. De tal forma que en algún momento el agua del acuífero Saltillo-Ramos Arizpe estará agotado sin esperanza de recuperación.

Es por ello la oposición de los defensores del agua, y es menester que los usuarios del agua de todos los usos sepan esta situación para que impidan que el agua tratada que pertenece al acuífero Saltillo y Ramos Arizpe sea vendido sin opción ni esperanza de recuperación. Es necesario mantener el equilibrio del acuífero y la sustracción del agua tratada lo pone en riesgo, y más aún la sustentabilidad hídrica de la ciudad de Saltillo y la de Ramos Arizpe de por si en riesgo. Y no promete más que futuro desabasto a nuestras dos ciudades.