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Abril 2013
Edición No. 290
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epn en japonDe Francois Duvalier a Enrique Peña Nieto


México pasa de una dictadura perfecta según Vargas Llosa a una perfecta dictadura: A. H. Peña





Augusto Hugo Peña Delgadillo.

“En México no hay peligro de un estallido social” eso, con ánimo triunfalista basado en los discursos de 1958 de Francos Duvalier (Papá Doc) en Haití, Peña Nieto dijo, al emperador de Japón. Tuvo la peregrina idea de adornarse que en México, se resuelve todo con el diálogo y con la ley en la mano. ¿Con cuál ley y con cuál diálogo?... ¿con el diálogo que entabló con la maestra Gordillo en octubre pasado y en enero del 2013?... ¿con la ley que aplicó en Atenco siendo gobernador de su estado?... ¿o la ley que usó el 1º de diciembre cuando tomó protesta como presidente de México?... ¿acaso como la ley que les recetó a los maestros en el estado de Guerrero?... ¿de qué ley anda presumiendo en Tokio, Japón, y de qué diálogo?... México con Peña Nieto pasó de la Dictadura Perfecta que Vargas Llosa contempló hace cinco lustros, a la Perfecta Dictadura en la que nos encontramos, hoy y ahora en este nuestro México lindo y querido.

Desde el día del fraude electoral del 2006 al del fraude electoral del 2012, las condiciones sociales, económicas, de salud, de educación y alimenticias en México, son iguales o peores a las que el pueblo haitiano sufrió -y sigue sufriendo- con Francois Duvalier (Papá Doc), su nefasto hijo Jean Claude Duvalier (Baby Doc) y las actuales autoridades, todas ellas al servicio de EEUU y a los intereses de las trasnacionales. La única diferencia entre Haití y México es que los Duvalier dieron muerte, secuestraron y desaparecieron a miles de opositores y a civiles, con grupos paramilitares denominados Tontos Macoute, y en México con Zetas, Chapos, policías federales, estatales, municipales, ejército y la marina. Los Zetas en México son hechura del gobierno y entrenados en EEUU, al igual que policías y militares; son grupos paramilitares con patente de corso -debido a que no están en la nómina oficial- para extorsionar, secuestrar, traficar armas y drogas, y para efectuar todo tipo de trapacerías, englobadas dentro de lo que Felipe Calderón, estúpida y eufemísticamente llamó, La Delincuencia Organizada.

El Cártel del Chapo es tolerado por gente del Estado mexicano con un fin, crean un estado de excepción lo que no es otra cosa que militarizar el país para evitar un estallido social. Sin embargo, el estado de excepción que sufrimos todos los mexicanos, no resuelve ni temporalmente siquiera, el riesgo de un estallido social, porque lo que vemos en las calles un día sí y otro también, eso es, un estallido social precaria y medianamente controlado precisamente por la militarización que nos impusieron desde Washington, capital política del mundo de donde surgen las ideas represivas con el fin de garantizar los intereses de ellos y no la de los que habitan en nuestros países.

Washington, para lograr este estado de cosas que nos hacen sufrir y que nos atañen sobremanera, primero coloca a gobernantes títere como el nuestro; como el del Sha de Irán, como el de Sánchez de Lozada en Venezuela; como el de los militares en Argentina; el de Alfredo Strossner en Paraguay, y el del Kataeb, La Falange o Fuerzas Libanesas en Líbano, por mencionar sólo algunos, para luego militarizar, extorsionar, vejar y amedrentar a la población con Terrorismo de Estado.

Eso, precisamente eso es lo que está pasando en México: Terrorismo de Estado es lo que nos aplica el gobierno por órdenes de EEUU, el amo a quien sirve aunque en sus discursos Peña Nieto y otros ex presidentes dicen, servir al pueblo. ¡Falso!... se sirven del pueblo, le roban sus bienes, le trampean la democracia, corrompen todo lo factible de corromper, pudren todas las instituciones, y no conformes con ello, le entregan el país a los extranjeros, ya sea directamente por medios de las empresas trasnacionales, o por medio de prestanombres como los ya muy sabidos. Me refiero específicamente a Alberto y Alejandro Bailleres de PEÑOLES, a Germán Larrea Mota Velazco del Grupo México, a Claudio X. González de Kimberly Clark, la familia Arango de Aurrerá / WalMart y otra centena de malos mexicanos que encontraron un filón de oro en el ser cómplices de EEUU, del gobierno y del sistema mexicano de gobierno. O ¿usted qué opina apreciable lector?

 
 
 
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