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Abril 2013
Edición No. 290
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Políticos o “fantoches” coahuilenses




Armando Montalvo.

Fantoche, en la creencia popular coahuilense, es un ser humano manipulado, grotesco, que nos puede sorprender. Pero, en el diccionario de la Real Academia, define esta palabra como un títere o figurilla que se mueve por medio de hilos. También como la de un sujeto aniñado de figura pequeña o ridícula, o la de un individuo o mujer informal vanamente presumido.

Interesantes estas definiciones, pero en el campo de la figuras públicas, hoy en día, los
Políticos (as) Fantoches aplican un poco de todo, desde magia, desafío y creatividad, esto para enajenar a los ciudadanos para que voten por ellos, y finalmente lo consiguen. Pero, estos políticos (as) ¿realmente creen que se manejan solos? Su realidad no será otra, aunque no la quieran aceptar. Acaso no sabrán que son manipulados por otras mentes más poderosas.

Es lamentable, pero tenemos que dejar muy claro que a la hora de votar en las elecciones del siete de julio en donde se elegirán a Alcaldes en Coahuila, vamos a poder decidir qué tipo de Político (a) Fantoche tendremos.

Pero, ojo, que también puede pasar que el fantoche resulte ser un tipo (a) decente que intente ayudar a los ciudadanos estos hombres influyentes en la política. En cambio, si el fantoche agacha la cabeza y obedece órdenes sin rechistar, obtendrá prebendas de por vida, no hay más que observar a muchos de nuestros ex presidentes municipales de Coahuila.
La preocupación entre los coahuilenses crece diariamente por la permanencia de una clase de Políticos (as) Fantoches”, que sigue en el poder y que permite una desigualdad económica-social, en donde pocos tienen mucho y muchos tienen poco.

No se puede ocultar la verdad, es inmoral e indignante el contraste entre la opulencia de unos que se enriquecieron en tan sólo varios años, mientras la miseria se apodera de un número elevado de coahuilenses, que siguen esperando el apoyo para salir adelante.

Lo que si se debe dejar muy en claro, es que los Políticos (as) Fantoches no sólo se encuentran en el Partido Revolucionario Institucional, que dirige David Aguillón Rosales, sino también en Acción Nacional de esta entidad, que encabeza Carlos Orta Canales, y en los 11 partidos políticos restantes, que en verdad, no ameritan ser citados por una sola razón: la ambición los corrompe.

Y que a pesar de todo, están registrados legalmente en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila, que maneja Leopoldo Lara Escalante, funcionario definido por los partidos de oposición, como un títere o figurilla que se mueve por hilos.

La cruda realidad es que los Políticos (as) Fantoches empiezan a preocupar a quienes viven en el Estado, porque estos individuos y mujeres se apoderaron de cada una de las organizaciones políticas existentes, y que parece están decididos a no salir nunca de estos partidos por algo que salta a la vista, no resistirían dejar de cobrar un sueldo, sin hacer nada desde hace años y más porque su enfermedad como es la ambición, les exige a cada momento tener más, más y más, sin importarles que puedan cometer actos deshonestos con tal de acumular riquezas que nunca imaginaron.

Aunque no lo quieran aceptar quienes están dentro de la política actual, el sistema de administración pública de Coahuila, requiere una cirugía mayor y no simples aspirinas, porque el político de estas tierras es un títere o figurilla que se mueve por medio de hilos, donde todos son víctimas y cómplices por algo muy sencillo, la mazorca ya se desgranó.

Y es que hoy en día, las organizaciones de representación electoral son un gran problema, porque los Políticos (as) Fantoches , han servido para sustentar privilegios que rayan en el abuso donde los dineros públicos son utilizados con fines cien por ciento personales y sin límites.

El antojo caprichoso se ventila con total impunidad, que estos Políticos (as) Fantoches acampan a sus anchas ante la mirada de los coahuilenses. No estamos lejos de que lo que veremos en las próximas elecciones para alcaldes, y de que esto podría ser un escenario en donde los dos partidos fuertes en Coahuila: PRI y PAN postulen a algún Político Fantoche para perder y donde simulara en las campaña ser enemigo de su contrincante, pero sólo uno de ellos captarán la atención de los electores, que irán a las urnas engañados por desconocer que hubo una negociación obscura.

Y un ejemplo claro, es la contienda electoral futura entre el priista, el ex edil Fernando de las Fuentes Hernández El Diablito e Isidro López Villarreal, quienes aspiran llegar a la alcaldía de Saltillo. El primero sabe que durante su campaña para diputado federal hubo golpes bajos que salían del mismo PRI para que no ganara y aun así alcanzó el triunfo.

Ahora el escenario es diferente, porque a pesar de lo que se diga, Isidro, hermano del ex alcalde de esta capital, Manuel López Villarreal, trae una sonrisa como si supiera que será el ganador en esta contienda. No por algo, el integrante de la iniciativa privada decidió incursionar a la política y lanzarse por el albiazul.

Pero, aquí no acaba esto, entre los mismos priistas hay desconcierto, porque varios de los candidatos que aspiran a ser alcaldes en el resto del Estado, nomás no se les considera hasta ahora como las mejores cartas del tricolor, y eso representa un riesgo para no alcanzar el triunfo en esta elección. Es el caso, del aspirante a la alcaldía del municipio de General Cepeda, el ex alcalde cuestionado Rodolfo Zamora Rodríguez, La Chopa , (primo del diputado local, Víctor Zamora).

Lo mismo podría suceder con el ex edil José de Jesús Durán Flores en Arteaga, el ex alcalde Jorge Williamson del Bosque en Monclova, el ex presidente municipal y ex diputado local, Ignacio Segura Teniente en Parras de la Fuente, el inexperto Fernando Purón Johnston en Piedras Negras, Francisco Navarro Galindo en Ciudad Acuña, el ex diputado federal, Miguel Ángel Riquelme en Torreón y el ex panista Ricardo Aguirre Gutiérrez en Ramos Arizpe.

La fecha de la elección se va cada vez acortando, pero de todo esto queda algo muy claro, la fantochería es una enfermedad de los políticos que llegó para asentarse en nuestro estado, y sobre todo en los 13 partidos políticos que participarán en esta contienda electoral.

 
 
 
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