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Diciembre 2012
Edición No. 286
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Más grabados tlaxcaltecas


Rufino Rodríguez Garza.


El municipio de Parras es una caja de sorpresas, basta acercarse a las comunidades ejidales o ranchos habitados o abandonados para toparse con la presencia de vestigios de nuestros antepasados.

No lejos del ejido San Lorenzo localizamos, el compañero José Flores Ventura, Ariel Colín y el que esto escribe, petroglifos interesantes, unos muy antiguos de los cazadores-recolectores y varios de la época Colonial, y unos que datan del conflicto religioso de los años treintas, los cristeros.

El profesor José Antonio Ramírez Chávez nos indicó sitios con motivos rupestres en Cañada Ancha y Ganivete.

En ese viaje de exploración nos sirvió para regresar al cerro de La Cruz, en los alrededores de San Lorenzo, para terminar de explorar el cerro del Ixtle, y con tan buena suerte que en la cresta del cerro, en la parte más alta se localizaron antiguos grabados que podemos ubicar en el siglo XVII, de posible factura tlaxcalteca.

Allí aparecen unas figuras grabadas muy al estilo barroco, sumamente adornadas con grecas, únicas en el Norte de México y Sur de Estados Unidos. Los lectores de estas notas podrán juzgar al observar las fotografías tomadas en el sitio. Para mayor claridad, y con la ayuda del amigo Ventura nos permitimos retocar una foto para la mejor comprensión de los grabados. Entre los nuevos dibujos podemos admirar una Cruz igualmente recargada de adornos, que nos marca la presencia ya para estas fechas de los tlaxcaltecas, llegados a Coahuila en 1591, y por supuesto, evangelizados por los curas franciscanos desde su lugar de origen, en Tlaxcala. Un dibujo que nos recuerda el calendario de doce meses que está en uso, un círculo radiado dividido en doce rayos y otro que recrea el pórtico de una iglesia.

Los petroglifos a que estoy refiriéndome, casi con toda seguridad corresponden a los tlaxcaltecas que llegaron a Coahuila en 1591 para ayudar a los españoles a colonizar el Norte de México, pero también tratando de acercar a las tribus “nómadas” y formar pueblos, es decir asentarlos.

Con este sitio suman ya cuatro lugares con grabados atribuibles a los tlaxcaltecas, estos sitios son: El Tajito, San Felipe, Mesa Alta en Ramos Arizpe; y el cerro del Ixtle de reciente encuentro en el Municipio de Parras.

Para corroborar el hecho tuvo a bien asistir al sitio que mencionamos el Dr. Carlos Manuel Valdés y la pasante de historia Mónica Amezcua, la que últimamente ha estado documentando información relacionada con los tlaxcaltecas de los Siglos XVI Y XVII en el norte de México.

Tesis.- Hace 20 años el Sr. Daniel Juan Valencia Cruz, presentó un trabajo para obtener su licenciatura en arqueología en la ENAH. Es una tesis cuyo nombre es: “El arte rupestre en México”, el arqueólogo Valencia Cruz, basado en más de quinientas referencias como archivos, libros, tesis y artículos de revistas y periódicos y otros, presentó un trabajo que para su época fue muy esclarecedor, en esa tesis se afirma que en todos los estados de la República hay Arte Rupestre, en unos más, en otros menos. Analiza Estado por Estado según la documentación de los archivos del INAH y nos indica que más del 25% de las notas del trabajo se refieren al Arte Rupestre de Baja California, las cuales se conocen desde principios del Siglo XVIII.

También se desprende de dicha tesis que el color rojo es el más utilizado en las pictografías, siendo lo anterior una característica universal para este tipo de expresión artística.

Detalla de cada Estado la bibliografía y los sitios destacados, reportados por curiosos y aficionados. Valencia Cruz no reniega de éstos, sino que más bien se apoya en ellos como algunos lo hacen en el presente. Porque hay arqueólogos que en vez de aprovechar los conocimientos, acaban satanizándolos. Tal ha sido el caso del Arqueólogo Valadez Moreno, González Arratia y algunos otros que me reservo los nombres.

Parodiando a un gran estudioso francés, diré: La Arqueología se hace y se hará a pesar de los arqueólogos.

Si Valencia Cruz reescribiera la tesis 20 años después le saldrían dos o tres tomos, pues de 1992 a la fecha ha habido un boom tanto en la bibliografía como en el encuentro de cientos de sitios que nunca habían sido estudiados o documentados en Coahuila u otros estados de la República. En el caso de Coahuila donde sólo menciona 39 sitios ahora se conocen más de trescientos lugares, algunos por la cantidad de sitios pueden ser considerados como Zona Arqueológica; tal es el caso del Pelillal, Narigua, La Florida, San Rafael y El Sol. Aquí, sólo menciono espacios de General Cepeda, Parras y Ramos Arizpe. Habría que incluir sitios de Ocampo, Zaragoza y Candela por ejemplo. De estos municipios Valencia Cruz no menciona nada en lo absoluto.

Se observa que tomó datos de un atlas arqueológico levantado en 1939 y que tiene muchos errores de ubicación, por ejemplo a la ciudad de Matamoros la relaciona con el Municipio de Viesca o menciona estaciones de ferrocarril que no existieron. En el caso de La Campana indica el sitio sólo con petrograbados, pero también se localizan pinturas y morteros. Menciona San Rafael de los Milagros y lo ubica como parte del Municipio de San Pedro de las Colonias, siendo que pertenece a Parras. Sitio con petrograbados y no menciona pinturas y un geoglifo. En el Arroyo del Inglés, el Arqueólogo Aveleyra menciona en el año 1981 un sólo sitio con pinturas; ese mismo cañón explorado por el compañero Ventura, observamos 16 sitios incluyendo una tumba sin explorar. El cañón tiene un longitud de 6 Km.

También observamos que no pocos extranjeros han explorado Coahuila, por ejemplo Palmer a finales del Siglo XIX, los Taylor en los años 40´s, los Compton en 1955 informan sobre petroglifos de Coahuila.

En las ilustraciones (no usa fotos) sólo incluye tres lugares: El Sol, Ahuichila y Cerro de las hormigas, de los municipios de Parras y Viesca. Aunque menciona El Sol no hace referencia a los grabados incisos que Aveleyra menciona como “únicos en el mundo”. Para Obayos menciona pinturas; el Profesor Carlos Cárdenas localizó bisontes que no se mencionan, y tampoco se menciona el municipio que por cierto es Escobedo.

En fin, la tesis es muy útil pero que si se hiciera como libro tendría que modificarse en buena parte.

 
                         
       

     
                             
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