El contenido de esta página requiere una versión más reciente de Adobe Flash Player.

Obtener Adobe Flash Player

15-Ene-2010 
Enero 2010, No. 250
 

El poder adquisitivo y la ley
de Herodes

Ernesto Lenin Robledo Romero.
En días pasados, tratando de explicarme el alza de impuestos para este año, vino a mi memoria aquella película protagonizada por Damián Alcazar en 1999: “La Ley de Herodes”, que trata de un presidente municipal de una alejada población, que tiene como única herramienta la Constitución mexicana para crear una serie de impuestos en beneficio propio. No sé por qué vino eso a mi cabeza, aún no lo entiendo.

Pero de lo que no hay duda, es de la pérdida del poder adquisitivo que tendremos todos los mexicanos. Los especialistas hablan de un 20% menos, es decir, por cada 10 mil pesos que se ganaba en el 2009, dos mil pesos se desaparecieron entre el último día del año pasado y el Primero de este año. Corrijo, no desaparecieron, se nos van a ir en nuevos impuestos y en aumentos a los productos de consumo básico.

La clase alta, como siempre, no será la perjudicada pues seguirán con su mismo nivel de vida, incluso una evaluación hecha a los ingresos del 2006 al 2008 revela que la clase alta es la única que ha podido mantener su estilo y nivel de vida; la castigada clase media tendrá que reducir los pocos lujos que tenía, pero la clase baja, el sector más desprotegido de la población, qué puede reducir, ni modo que ahora compren tortillas y frijoles por piezas y no por kilogramos.

En otra evaluación que se realizó en el 2008, más del 80% de los mexicanos se encontraban en condiciones de vulnerabilidad, y todavía el salario no perdía los veinte puntos porcentuales. Por ello resulta increíble y absurdo que se haya incrementado el IVA del 15 al 16 por ciento, ya que generó la pérdida del poder adquisitivo por el aumento de precios; de igual forma el incremento del 28 al 30% del Impuesto sobre la Renta desaceleró la creación de nuevos empleos. Todo por subsanar el déficit presupuestario, aunque con ello se haya provocado la inflación y frenado el crecimiento económico. Para darnos una idea, en 2006 una persona con salario mínimo alcanzaba a comprar 42 productos de la canasta básica con lo que ganaba en 16 días de trabajo; al día de hoy para comprar esos mismos productos necesita un total de aproximadamente 24 días de trabajo.

Por su parte, Agustín Carstens, el 14 de diciembre del 2009, cuando se encontraba en campaña por la gubernatura del Banco de México, se comprometió a preservar el poder adquisitivo de los mexicanos, pero el 8 de enero de este año dijo lo contrario, declarando que todo 2010 va a estar plagado de alzas de precios que no pararán hasta 2011. Sinceramente creo que deberíamos de estar acostumbrados a este tipo de declaraciones incoherentes, pues los funcionarios federales y la cúpula panista nos han invadido con ellas desde hace años.

La pregunta medular es: ¿A quién le favorecen todos estos incrementos que tendremos que pagar los mexicanos? ¿Quién es el presidente municipal de la película de La Ley de Herodes pero en la versión 2010? Todo apunta a que nuevamente serán los empresarios, principalmente aquellos que participaron para financiar la campaña del actual Presidente de la República.

En su momento, los partidos de oposición no midieron los alcances que tendría el incremento de impuestos y de precios, hasta estos últimos días han dado muestras de vida, al empezar a cuestionar los aumentos, lo que debieron haber hecho antes de aprobar el paquete fiscal el año pasado y al aprobar el aumento de la gasolina.

Cualquier persona con tres dedos de frente sabría que el aumento al energético desencadenaría el alza de precios y por consecuencia, la pérdida del poder adquisitivo. Ahora se dice que lo que está pasando es que faltó la negociación del titular del Poder Ejecutivo con los sectores empresariales. Por favor señores, si todos sabemos que la negociación no es una de las virtudes del Presidente.

Hoy no es importante saber de quién fue la culpa, si del que solicitó el aumento o de los que lo aprobaron. Lo medular es frenar el alza de precios, recuperar el poder adquisitivo del peso mexicano y empezar a avanzar en lo concerniente al crecimiento económico del país, que se dice será del orden de los 3.5 puntos porcentuales.

En este momento, todas las palabras del Presidente “del empleo” suenan huecas, desde la deleznable declaración de año nuevo, en donde afirmó que este año será de prosperidad, cuando todos sabemos que 2010 contará con muchas facetas, pero no la de prosperidad; hasta el llamado a los gobernadores a no despilfarrar los recursos públicos. Con qué autoridad moral exige Calderón, si todos sabemos que si hay una entidad que despilfarra recursos a diestra y siniestra es el gobierno federal.

Por tal motivo, el Secretario de Hacienda bien haría en aprender cómo se ahorran recursos en la administración pública y así no tendría porque estar creando impuestos, pues esas millonarias erogaciones que vamos a pagar todos los mexicanos podrían salir de ahorros, aplicando en las dependencias y organismos federales un eficaz programa de austeridad.

Lo que el gobierno federal no quiere entender, es que todo tiene su precio, la población ya no está para aguantar más errores por falta de talento de los “líderes” del país. Llegará el momento de la definición y todos esos errores se van a pagar tarde o temprano.


Sibi Coeptum

“ Ya te he dicho, discípulo, que los males del presente son la causa de la ignorancia del pasado y que por lo
tanto no tienen remedio. Pero como los males del futuro serán la consecuencia de los males de la ignorancia del presente, tratemos
de ser sabios para evitarlos”. Sabiduría Hindú.
 
erobledor@prodigy.net.mx
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino